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La eyaculación femenina | |||
Podría estimularse el punto G, aunque a veces no es necesario | |||
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Este es un tema que me habéis pedido. Aquí está.
Se ha levantado una gran polvareda con esto de la eyaculación femenina. ¿Eyacula o no? ¿Qué...
pasa? ¿Quién lo sabe? Y es que hasta las propias mujeres dudan cuando eyaculan ¿Será eso o es que me orino? ¡Qué vergüenza paso con mi pareja! Me parece que a veces ocurre y no lo puedo evitar, explican algunas mujeres. Todas estas reflexiones se hacen muchas mujeres y muchísimos profesionales, y muchos piensan que son conjeturas o desequilibrios mentales que causan separaciones y divorcios ... Ernst Gräfenberg en 1950 la describió y también el punto G, que lleva su nombre. No habló del flujo que sale de la vagina durante el orgasmo o de la lubricación natural que se produce durante la excitación. Hizo referencia a un líquido que sale a presión, cosa que sólo está asociada al semen de los hombres. Y es que la mujer también puede eyacular, y si recibe la estimulación adecuada, expulsa un líquido rítmicamente, mientras se producen las contracciones vaginales. No es espeso es transparente, incoloro y sin olor. Muy distinto al semen, y al secarse no deja mancha, tiene una composición parecida a la que se produce en el hombre a través de la próstata, que en la mujer la segregan las glándulas de Skene o las glándulas parauretrales. A veces la eyaculación femenina se logra estimulando el punto G, y las últimas investigaciones apuntan que todas las mujeres podrían eyacular, aunque algunas no se den cuenta. Tienen que saber que el líquido expulsado "no es orina", sino un líquido alcalino, sin olor, que se compone de fosfatasa ácida prostática y glucosa. Sale de la vagina y se libera durante el orgasmo vaginal o clitoridiano. Para aumentar el placer sexual y que se produzca la eyaculación femenina habrá que cuidar el tono múscular de la pelvis porque si está contraido o flácido, limita las sensaciones y la expresión de las emociones. Se recomiendan los ejercicios de Kegel, es decir contraer y relajar rítmicamente los músculos de la pelvis para fortalecer el músculo pubococígeo. Para lograr que la mujer eyacule podría estimularse el punto G, aunque a veces no es necesario. Sí, la estimulación de la vagina o del clítoris porque a través de las contracciones del orgasmo vaginal o del clítoris expulsan un líquido a chorro en grandes cantidades, como lo hace el hombre al expulsar el semen. Si aún no lo has experimentado, tenlo en cuenta a partir de ahora y ponte en contacto con un sexólogo para deshacer tus bloqueos y lo bueno, se podrá convertir en lo mejor, porque es lo que tu vives! Ana de Calle. Sexóloga y Terapéuta de Pareja www.elsexoesvida.com +34 639 555 994 Autora de 'El sexo magia para tu cuerpo' |
La tragedia de Valencia es una de las noticias que más impacto ha causado en nuestro país en los últimos años. Sumada a la de la erupción del volcán de La Palma, no sólo ha suscitado la empatía con las víctimas, también ha incrementado la alarma en relación al cambio climático y sus consecuencias. Las consultas por miedo a reacciones inesperadas de la naturaleza han aumentado en los últimos años en las consultas de Psicología. Es lo que se conoce como ecoansiedad.
Quedan escasos días para que finalice este año y, con ello, toda una serie de acontecimientos que nos han sucedido a cada uno de nosotros. Para algunos, cosas buenas que desearán que se sigan repitiendo en el que viene, y para otros no tan buenas y rezarán para que todo pueda cambiar e ir a mejor. Todo depende de la valoración que hagamos, de las experiencias vividas y de la actitud con la que nos tomemos todo aquello que nos va pasando.
A medida que se acerca el final del año, muchos profesionales experimentan más estrés debido a la presión de ultimar proyectos a tiempo, por los compromisos sociales y por el desafío de equilibrar entre la carga de trabajo y la vida personal. Algunos signos que pueden identificar si un profesional sufre el síndrome del trabajador quemado son la fatiga constante, la dificultad para concentrarse o mantenerse motivado, o sentirse más irritado y desconectado del trabajo.
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