Dijo Víctor Hugo que nadie puede se héroe disparando contra sus propias banderas, algo que el gobierno del cura Fernando Lugo hizo desde un principio. Al menos, contra las banderas que había invocado para ganar notoriedad, popularidad y respaldo propagandístico internacional.
El único marxista y bolivariano que lucha contra una guerrilla izquierdista, que permite en su gabinete un escandalate anti-sandinista, el único que solicita en la embajada norteamericana equipos de espionaje teléfonico para vigilar a sus adversarios, que asila a Mario Cossío y se confiesa compañero de causa de Alvaro Uribe.
Una estafa al Pueblo
En un libro de reciente aparición, el ex director de Itaipú acusa a Fernando Lugo de ser una estafa al pueblo. La calificación es precisa, sobre todo si se tiene en cuenta a un candidato que llegó a la presidencia enarbolando las banderas de la honestidad y la austeridad en el manejo de cosas públicas.
“Todo lo que se despilfarra en corrupción, en festicholas o en cualquier otra cosa es pan que se le quita al pueblo” sentencia. Balmelli también atribuye su destitución a su incapacidad para obtener respaldos prebendarios: ” me suicidó el dinero, no saber organizar un esquema de distribución de prebendas, de premios”.
En una entrevista con los medios, puntualizó: “lastimosamente el gobierno del cambio, que yo esperaba que sea del cambio, realmente siguió siendo el gobierno del continuismo, reproduciendo las mismas pautas de comportamiento político, no hubo voluntad política para cambiar nada”.
Que la imagen del Paraguay no ha cambiado con Lugo no es ningún secreto, y que incluso ha empeorado pudo constatarse en el debate del Parlamento brasileño para aprobar compensaciones por la energía que Paraguay no utiliza. Senadores acusaron a la Itaipú como una gran “caja negra” que sigue como en tiempos de las dictaduras, y señalaron que más dinero al gobierno de Lugo es enviarlo a un destino desconocido.
A lo de estafa al pueblo habría que agregar estafa a la opinión pública internacional, perpetrada a través del poder mediático que en Paraguay controlan en sociedad la derecha y la embajada norteamericana.
La apreciación de Balmelli coincide con la de la organización político-militar campesina EPP, la cual señala en su ideario que “las reformas prometidas al pueblo se aplazaron sine die, pero los seudosocialistas son caraduras y afirman: ¡No sean impacientes! Ustedes se apuran demasiado!...y empiezan con supuestas autocríticas que no son más que otras tantas burlas al pueblo, en sus siniestras mentes las necesidades del pueblo son oportunidades de negocios…mantener hambriento al pueblo siempre crea posibilida de hacerle nuevas promesas de solución para, una vez conseguido el poder, no volver a cumplirlas”.
Abanderado de los pobres
Fernando Lugo alcanzó el poder en Paraguay como abanderado de los pobres, sin embargo, hoy se ha convertido en el “mulo de la oligarquía” para sus ex discípulos aglutinados en el EPP.
Pronto quedó en claro que el gobierno de Lugo no tenía interés en modificar el modo de producción de república sojera monsantaniana establecido en el Paraguay, ni tampoco de parar el carro a los corruptos, empresarios transportistas o de cualquier otro rubro.
No podía ser otro el destino de quien fuera impulsado por un grupo de manipuladores de la sociedad civil a sueldo de la embajada norteamericana, entre ellos los supuestos grupos izquierdistas Tekojoja-Gestión Local y Casa de la Juventud-Pmas. Todos estos grupos son organizaciones dependientes de la embajada norteamericana y sus agencias de “cooperación”.
Gracias a las filtraciones de Wikileaks y los cables de James Cason, hoy sabemos que Estados Unidos lo consideraba un futuro aliado, y que su postura ambigua era considerada positiva para dividir a la izquierda latinoamericana, alejando a los “moderados” como él de la influencia de Hugo Chávez o Fidel Castro.
Como afirma el ideario del EPP refiriéndose a Lugo: “El jefe de los eclécticos está despojado de toda teoría íntegra; coherente y meditada y se deja llevar por la corriente dominante del presente despreocupándose del futuro; sus cachorros no son menos, son igualitos. La actitud de acomodarse a las circunstancias para conseguir fines individuales o de un pequeño grupo de cortesanos es muy propia de los “poncho juru” paraguayos”.
La CIA y la elección del obispo
El desarrollo de estos acontecimientos habían quedado profetizados en el libro “La CIA y la elección del obispo” que publiqué en agosto del 2008, incluso antes de asumir el supuesto “marxista y bolivariano” obispo de los pobres, Fernando Lugo.
Cuando hice mis primeros vaticinios, una andanada de ridículos panfletos para descalificarme saturó la web. Ahora que la verdad ha salido a la luz, está claro quien decía la verdad y quien mentía en Paraguay, y la verdad como siempre incomoda.
Como se escribiera alguna vez, no quieren que vean lo que escribe quien escribe lo que ve.
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