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Etiquetas | Población | Familia

Cuestiones inquietantes

Unas cuantas cuestiones que me preocupan
Francisco Rodríguez
martes, 27 de junio de 2017, 00:01 h (CET)
Aunque el Instituto de Política Familiar hace tiempo venía alertando de la situación de envejecimiento de España, ha sido ahora cuando los medios de comunicación se han hecho eco de la situación de que, por segundo año consecutivo, hay una pérdida de población, ya que son menos los que nacen que los que se mueren y eso que los más de cien mil abortos al año no se contabilizan como defunciones.

Las anticipaciones de Huxley en su mundo feliz, se están haciendo realidad ente nuestros ojos: la exaltación del ejercicio de la sexualidad con cualquiera y el absoluto rechazo del embarazo por considerarlo una salvajada inaceptable para las mujeres o al menos una molestia a suprimir. Los niños de ese mundo feliz son producidos por encargo de las autoridades en laboratorios. Esto no ha llegado aún, aunque la inseminación artificial o los vientres de alquiler son un anticipo de ese negro futuro en el que la familia desaparece, ya está desapareciendo, al menos en el lenguaje que es por donde se empieza: padre, madre, hijo, matrimonio, hombre y mujer van siendo palabras descatalogadas y sustituidas por otras retorcidas invenciones legislativas.

Recuerdo cuando la palabra “fobia” se refería siempre a la rabia, la hidrofobia de los perros. Ahora este elemento compositivo está presente en multitud de campos: la homofobia, la transfobia, la cristianofobia o la islamofobia. La cristianofobia se manifiesta cada día en derribar una cruz, asaltar y pegarle fuego a una capilla, en pegarle a una monja, o en la nueva “desamortización” que ahora consiste en querer arrebatar a la iglesia templos y catedrales o ceder a los musulmanes la de Córdoba por una curiosa “islamofilia” ignorante de la historia pero quizás subvencionada por determinados países ricos y…musulmanes.

Es también inquietante el deseo que muestran algunas corrientes políticas de reescribir la historia, en la que está ausente cualquier respeto por la verdad. Orwell ya previó en su 1984 que la historia podía ser reescrita de acuerdo con el poder del Gran Hermano. Parece que esta reescritura está funcionando con las nuevas generaciones, que aceptan lo que les “enseñan” en los distintos niveles educativos, pero escasamente instructivos.

Para el partido gobernante resulta importante disminuir el paro o subir unas décimas en las previsiones de crecimiento, pero sin ofrecer una visión de su política con valores capaz de ilusionar a la gente que los vota, quizás como mal menor, continuistas de Rodríguez Zapatero.

El único programa del nuevo secretario general de los socialistas es desalojar a Rajoy de la Moncloa para ocuparla él, para lo cual se aliaría con el mismo diablo. No sabemos si tiene un concepto claro de España, ni del bien común, ni de nada, solo odio y resentimiento.

Los de Podemos son unos marxistas, fuera de época, que viven de capitalizar el descontento. Donde gobiernan son un desastre. Su ideal no sabemos muy bien si es Cuba, Venezuela o Irán. Si llegarán al poder que ¡Dios nos coja confesados! Desaparecerían del mapa todas las libertades (como en Venezuela). La noticia de que un profesor de esta cuerda utiliza a sus alumnos para espiar a los vecinos da escalofrío.

Los de Ciudadanos tampoco ofrecen nada sustancioso, seguramente irán desapareciendo, salvo que el club Bilderberg, el gobierno en la sombra, lo siga apadrinando

Estas son unas cuantas cuestiones inquietantes que cualquiera puede ampliar.

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