El tenista español Rafa Nadal se despidió del torneo de Wimbledon, tercer 'Grand Slam' de la temporada, después de perder este
lunes en octavos de nal
en un auténtico maratón de casi cinco horas de duración ante el luxemburgués Gilles Muller por 6-3, 6-4,
3-6, 4-6 y 15-13.
El doble campeón dijo adiós al sueño de volver a pelear por reinar en la
hierba londinense y lo hizo tras un épico encuentro decidido en un quinto
parcial que duró más de dos horas y que se decantó de la balanza de un
Muller que fue el primero en ganar al balear en este torneo, hacía ya doce
años.
Pero el manacorí no estuvo mal y fue más bien mérito de su rival, capaz
de aprovechar mejor los detalles de las dos primeras mangas y obligar a
remar mucho al exnúmero uno del mundo, y luego de no arrugarse en un
escenario donde teóricamente se mueve mejor el actual campeón de
Roland Garros.
Ni sus 23 saques directos, ni sus 77 ganadores ni el haber rmado
únicamente 17 errores no forzados le valieron a Nadal para sacar adelante
este partido. Muller estuvo al nivel esperado con el servicio (30 'aces') y
sólo ganó el 27 por ciento de puntos al resto, pero suciente
para alcanzar
los cuartos de nal
de un torneo donde nunca antes había superado la tercera ronda.
El balear se topó con más dicultades
incluso de las que preveía. Muller demostró que atraviesa el mejor momento de su carrera
y que en hierba es un jugador muy peligroso como demostraban sus actuaciones en Holanda (campeón) y en Queens (seminales).
El luxemburgués, a sus 34 años, jugó a un gran nivel, no sólo con sus armas, sino mostrando un elevado nivel en la red y
aguantando mejor de lo esperado en muchas ocasiones el tipo desde el fondo de la pista.
El partido comenzó como se preveía, con los saques imponiéndose, lo que obliga al manacorí, sobre todo, a tener una paciencia
de hierro. Nadal ofrecía buenas sensaciones, pero no lograba resquebrajar la solidez de un Muller que, tras salvar su única
situación incómoda en el quinto juego, sí aprovechó su opción en el siguiente para lograr el 'break' que le permitiría tomar la
delantera en el partido.
El doble campeón del torneo cedía su primera manga en dos meses y después de 28 consecutivas y se esperaba que llegaría su
reacción, pero el luxemburgués no estaba por la labor y se mantuvo muy rme
en la pista, dando solo alguna opción con su saque
cuando jugaba con segundos.
De todos modos, Nadal aceptaba el reto y tampoco daba concesiones, esperando que se presentase en algún momento su
oportunidad, la cual llegó en el octavo juego después de uno de los puntos del partido. Sin embargo, no aprovechó las dos bolas de
rotura y luego la mala suerte hizo el resto en su siguiente saque. Muller, casi sin querer, se encontró con un 15-40 que convirtió en
oro para poner un más que peligroso 2-0.
NADAL MEJORA Y FUERZA EL 'ETERNO' QUINTO SET
Nadal no desperdició esta ventaja y ayudado por el pequeño bajón de su rival en el saque y la poca agresividad en el resto de
este alargó el partido. Pero la mejoría del balear era ya notable y no dudó en seguir haciendo daño en cuanto Muller le dejaba un
resquicio con el saque. Otro 'break', en el quinto juego del cuarto parcial, y la solidez en el servicio provocaron que el partido
llegase al quinto eterno parcial.
Los dos días de descanso hacían que las piernas estuviesen frescas. Muller, de todos modos, recuperó la fortaleza de su saque en
el momento adecuado y apenas dudó al servicio, añadiendo también buen temple y grandes golpes, no sólo cuando se acercó a la
red, sino desde el fondo, sin temblarle la mano ante los peloteos que le exigía el español.
Nadal no lograba inquietar entonces al resto y el ir por detrás en el turno de saque ayudó a su rival a presionar. Este se encontró
al borde de la victoria en el noveno juego con un atemorizante 15-40 que el campeón de Roland Garros sacó con calidad y calma.
A partir de ahí, las opciones fueron para el tenista español, que estuvo cerca del 'break' sobre todo en el decimonoveno juego,
donde incluso lo tuvo momentáneamente hasta que el juez de silla corrigió para dar aire a Muller. En el siguiente, el luxemburgués
volvió a rozar el pase con dos bolas de partido que no acertó a culminar, pero nalmente,
ochos juegos después, terminó con la
andadura de un Nadal que no pisa las rondas nales
de Wimbledon desde 2011.
|