El primer disco en solitario del ex Sunday Drivers
se financió con el crowdfunding por una mezcla de rebeldía contra el
sistema establecido y de cariño hacia la música y el producto final que
presentar. Cabeza de León no existe tanto por Jero Romero, sino más por la gente que le rodea y por el poder de la red y el boca a boca.
Tras una dilata carrera con los Sunday Drivers, el músico
toledano no puede ocultar su emoción por haber logrado que su primer
disco en solitario, Cabeza de León, haya logrado salir adelante superando completamente sus expectativas.
"El poder de la red, el boca a boca, es impresionante", admite
Jero Romero en una entrevista con Europa Press, recordando el día que
colgó un mensaje en Twitter y Facebook pidiendo financiación a través de
Verkami para esa aventura completamente independiente.
"Ya conocía la otra forma de hacer las cosas y me parece
injusta. La prueba es la situación en la que me encuentro: he grabado el
disco, voy a encarar los directos y no tengo ninguna deuda, ningún
contrato, no he renunciado a ninguno de mis derechos", señala.
Gracias a los casi 700 mecenas que le apoyaron
con su dinero, Jero ha podido manejar los tiempos de su disco, un lujo
para alguien que considera los tratos con las discográficas "injustos".
"Creo que les cedes demasiado", añade.
El músico confiesa que, tras el fin de los Sunday Drivers, se
encontraba "agotado" -"por eso se acabó el grupo"- y se apartó
completamente de la música. Sin embargo, no había dejado de componer
canciones en castellano "como vía de escape a la rutina" de hacerlo en
inglés.
"A mi no me apetecía publicar esas canciones, pero al final me vi empujado a hacerlo", admite Jero, que se vio impelido por sus allegados y por el propio Charlie Bautista, productor y colaborador del disco, que fue "la chispa que encendió todo el fuego".
Nació así Cabeza de León,
un disco hecho "con mucho mimo, con mucha calma". "Es una cosa muy
pensada, preferimos hacerlo con mucho tiempo y bien pensado, sin
dejarnos influenciar por las prisas de fuera, que a veces son muchas",
señala.
Jero explica que una de las principales diferencias de este
álbum en comparación con trabajos anteriores -a parte, claro está, del
idioma- con los Sunday Drivers es, precisamente, que ha sido un disco
compuesto por él solo.
"Los arreglos son más sencillos, se le da prioridad a la
melodía y a la voz, no alargo las canciones innecesariamente ni dejo
huecos para las partes instrumentales y el sonido es muy diferente",
enumera.
En la parte instrumental, utilizaron "otros instrumentos"; Cabeza de León es "menos rock, apenas hay guitarras eléctricas, las baterías son muy sencillas y hay poca distorsión". "Eso es lo que quería, intentar algo acústico pero potente", sentencia.
Sí que reconoce que hay "un ingrediente" que repite en este
álbum: "Me gusta ir haciendo crecer las canciones, poco a poco". "Uno de
mis grandes retos es hacer una canción que empiece arriba y acabe
arriba", añade.
En la parte lírica, y pesar de que las melodías y los ritmos
podrían calificarse de alegres, Jero dice no considerar el disco así. "Estas canciones han sido como publicar mi diario personal", de ahí que conserven "ese punto de melancolía" que le lleva a escribir.
"Lo que me empuja a escribir es la necesidad de ir al
psicólogo", bromea, al tiempo que reconoce que "la música triste" le
pone "muy contento". "Es como contarle a la gente eso que no te atreves a
decir en voz alta y que acabas cantando a los cuatro vientos", señala.
Aunque concibe la tarea de la composición como "un acto de
egoísmo" o como una forma de "exorcizar a los demonios", Jero cree que
el ser humano escribe para "sentirse comprendido". "La música es una
mezcla de esas dos cosas, sabes que alguien te va a escuchar, pero el primer impulso es siempre sacar tu mierda".
Mientras, con la misma calma que ha trabajado en el disco,
busca músicos que le acompañen en los conciertos -"ya tengo ganas de
llevarlo al directo"- Jero dice no entender "como una crítica" que se
considere Cabeza de León como "un disco corto".
"Yo pienso en las canciones, arreglo la canción y pregunto
cuánto dura, luego las sumo y me salen 34 minutos. No voy a quitar una
para que sea más corto ni poner otra para que sea más largo, no tiene
sentido", reflexiona.
Además, "a día de hoy quien tiene tiempo de escuchar música,
quien tiene esa paciencia, por eso se publican tantos EP's", añade Jero,
que concluye: "Prefiero que me digan que el disco es una mierda a no me gusta porque es corto".
Sea como sea, Jero Romero dice haberse quedado satisfecho "en
un 98 por ciento" con su debut en solitario y añade: "Si este disco no
me hubiera dejado satisfecho sería un fracaso, porque lo he tenido todo a
mi favor para que saliera perfecto".
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