Aún recordamos como si fuera ayer, el momento que la banda terrorista sorprendía a todos una tarde con el comunicado que afirmaba el cese de la violencia. Una noticia positiva para todos, pues venía sin ningún tipo de concesiones políticas y así lo constataban los terroristas en su comunicado.
Durante campaña electoral (interminable y que todavía muchos no nos creemos que haya acabado), pese a que algunos políticos dijeran en un primer momento que no iban a utilizar el terrorismo como arma electoral, hemos visto como finalmente las promesas de no hablar de terrorismo durante la “campaña de promesas” no ha no han sido respetadas por ejemplo, por el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba (véase el acto de campaña del PSOE en Euskadi). Aun así, dejando de lado las palabras, actos como los de Patxi López o Rubalcaba convertidos en emotivas lágrimas fueron unas imágenes muy simbólicas positivamente, al menos para mí.
Ahora bien, esta semana anterior, Patxi López (líder de los socialistas vascos) afirmaba en unas declaraciones que “ha llegado el momento de acercar los presos de ETA al País Vasco” y que así se lo comunicaría al nuevo Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su próxima reunión. Unas declaraciones a mi juicio incongruentes con el propio comunicado de la banda terrorista y de las declaraciones de los políticos (todos) que aseguraban que no habían concesiones a los terroristas. "He dormido poco y he llorado mucho", decía Rubalcaba al día siguiente de conocerse la decisión de los terroristas... Ahora, después de todo solo podemos sacar dos tipos de conclusiones: o que todos los políticos en el momento del comunicado de la banda nos engañaron, o bien que aquellas lágrimas simbolizaban a unas lágrimas de cocodrilo cuyo significado en este caso no equivaldría a la pena del cocodrilo (PSOE) de comerse a una presa tan perseguida por todos pero a la vez tan escurridiza como la banda terrorista, sino a una alegría con peros que hoy empezamos a ver tras los 7 escaños de Amaiur en el Congreso.
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