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Fernando Lugo y el desalojo del quinielero arzobispal

La impunidad del protegido de la corte luguista Jorge Escobar, ex quinielero arzobispal, es un ejemplo de porqué Paraguay sigue figurando como país más corrupto del mundo
Luis Agüero Wagner
lunes, 5 de diciembre de 2011, 07:58 h (CET)

Alguien dijo alguna vez que la política es la cara de la corrupción, a lo que Ludwing von Mises añadió que es inherente a todo gobierno que no se encuentra bajo control de la opinión pública.  En el caso del gobierno del “obispo de los pobres” y “teólogo de la liberación” Fernando Lugo, podría afirmarse que la misma opinión pública ya se encuentra anestesiada tras la interminable seguidilla de bochornos, desmanes y escándalos de la administración arzobispal.

A pesar del hábito, con fuertes críticas fue recibida en medios empresariales paraguayos la noticia de que bajo el gobierno arzobispal del cura Fernando Lugo, no hubo mejoría en lo que a percepción de la corrupción del gobierno se refiere.  No podría ser de otra manera si se considera que bajo el gobierno luguista siguen incólumes andamiajes que permiten a narco-damiselas como Zuny Castiñeira traficar influencias entre aplausos de sus paquitos como Mili Brítez y sus lacayos del diario Popular,  o a Humberto Rubin y familia seguir recibiendo la parte del león en materia de ingresos por publicidad oficial, o a Miguel Angel López Perito ubicar a todos sus cuñados de turno en las planillas de cobro de las oficinas del estado paraguayo, o a Marcial Congo vivir en Mburuvicha Róga y disfrutar de la fresca viruta que le llueve a  su esposa en Itaipú, o a los abogados de temas húmedos convertirse en oligarcas agro-ganaderos, o a Camilo Soares sobrefacturar panificados para robar a los pobres.  Es que como lo advirtió Hebert, la corrupción lleva infinitos disfraces.

A pesar de contar con estos paladines del  “cambio”, lo cierto es que el Paraguay sigue siendo considerado como el país más corrupto del mundo bajo el cura Fernando Lugo. No podría ser de otra manera con semejantes protegidos,  entre los cuales no se puede olvidar a luminarias como  Jorge Escobar, sobre quien ya hemos hecho una semblanza en artículos publicados en Diario Siglo XXI tales como “Lugo tiene a su propio Escobar” y “Un don Francisco Trucho en la corte de Lugo”.

Desalojen al quinielero

Mientras ciertos sectores de la “izquierda”, sobre todo aquellos integrados por los eternos vividores de USAID de las ONG, siguen haciendo todos los esfuerzos posibles por presentar ante la opinión pública nacional e internacional a su cabecilla el cura de los hijos no reconocidos como impoluto estadista, entre bambalinas sus referentes en los negocios y la farándula siguen dando que hablar.

Ya alguien advirtió que aquellos que inventan una gran mentira, ignoran la tarea que les llevará sostenerla dado que deberán inventar muchas otras para mantenerla a flote.

Es el caso de uno de estos incuestionables próceres del cambio, el ex quinielero arzobispal Jorge Escobar, que se ha puesto ha sí mismo la meta de permanecer en un local acorde a su charlatanería buscando nuevos incautos a los cuales estafar, a pesar de una demanda por desalojo.

En un glamoroso local sobre la Avenida España , este personero emblemático  de la corrupción que pasó al frente con el cura Fernando Lugo, se niega a entregar a su legítimo propietario un inmueble invocando su bien ganado lugar en la corte arzobispal.

Aunque nadie quiere hacerse cargo de este engendro, lo cierto es que el personaje sigue embaucando a incautos con la confitería Madelaine como vidriera, a la espera de nuevas víctimas a quienes engatuzar, como ya lo hizo con la DIBEN, Mepshow y el mismo estado paraguayo.

Con toda seguridad, siguiendo su ejemplo, sus protectores del gobierno como López Perito, Camilo Soares, Marcial Congo y otros exponentes de la misma calaña seguirán su ejemplo y tratarán de aprovechar el cada vez más corto tiempo que les queda para apoderarse de todo lo que esté a su alcance.

¿Hasta cuándo la comparsa luguista seguirá haciendo de las suyas? ¿Hasta cuándo Paraguay seguirá al tope del ranking mundial de países corruptos?  Ambas preguntas tienen una sola respuesta.

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