Era para todos un símbolo de
combatividad y superación. La imagen alegre y constante de África. Tan fuerte e
incansable que parecía inmortal. Sin embargo, Cesaria Evora murió el pasado
sábado 17 de diciembre a los 70 años en el país que la vio nacer: Cabo Verde.
Antes de convertirse en una de las
personalidades africanas más conocidas de las últimas décadas, Cesaria empezó a
cantar en la plaza principal de su ciudad (Mindelo), acompañada de su hermano
saxofonista. Se dedicaba a componer canciones y a darles vida con actuaciones
llenas de imaginación. Estos inicios marcaron el futuro de una cantante que no
dejó de pensar en los más pobres de su país y en las condiciones precarias en las
que se trabajaba.
Hija de una cocinera y un violinista,
Cesaria Evora tuvo una vida difícil antes de conocer su primer gran éxito. Ya
en su infancia tuvo que pasar tres años en un orfanato público. Luego, a los 16
años empezó a cantar en bares y hoteles, y, más adelante, con sólo veinte años,
trabajó como cantante para la Compañía de Pesca de Cabo Verde, viviendo de
salarios pésimos e inconstantes. La dura crisis que advino tras la
independencia de su país la sumió en unos “años oscuros” en el que el alcohol
se presentó como un paliativo.
Sin embargo, todo cambió en el año 1988
con la grabación de su primer disco. Ese logro le permitió exponer nuevamente
su voz cálida y esa emoción que la caracterizaban, y trabar nuevas amistades.
En 1992, la grabación del álbum “Miss Perfumado” en Paris la proyectaron a los
más grandes escenarios europeos y americanos.
La “Diva de los pies descalzos” –apodo
que se ganó por su costumbre de aparecer descalza en los escenarios y así
recordar a los pobres de su país– recibió las aclamaciones de los críticos que
veían en su música una armoniosa y nostálgica mezcla de géneros. El fado
portugués, la modinha brasileña, el tango argentino, el zouk de las Antillas
francesas y el lamento angoleño eran algunas de las influencias que marcaban
sus melodías y ritmos.
Las temáticas sociales e históricas que
abordada Cesaria Evora –en su mayoría relacionadas con el aislamiento de su
país, la pobreza y la esclavitud– también le valieron el reconocimiento por su
compromiso. En el año 2004, la cantante ganó el premio Grammy al mejor álbum
contemporáneo de World Music y en 2007 el presidente francés Jacques Chirac le
entregó la medalla de la “Legión de honor”.
Cesaria mostró una salud indoblegable al
emprender largas giras por Asia y América. Además, la “Diva de los pies
descalzos” logró concretar grabaciones con otros grandes cantantes del
escenario musical como Cayetano Veloso, Salif Keita, Compay Segundo, Chucho
Valdés y Pedro Guerra.
En los últimos meses, Cesaria Evora
había mostrado complicaciones de salud. En septiembre canceló todas sus
actuaciones y en mayo del año 2010 fue objeto de una operación a corazón
abierto.
Así
pues, se ha ido una de las cantantes más activas e influyente de África. La
Mamá África. Una mujer de eterna juventud. Nos ha dejado huérfanos de una
música que quedará para siempre marcada en las memorias y los corazones.
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