Empezamos una semana en la que, a pesar del positivo comportamiento de
las bolsa americana y la mejora implícita del escenario macro que
realizaba la FED hace unos días, la consistencia del movimiento durante
las próximas sesiones en Europa deja ciertas dudas, como muestran por
ejemplo los niveles de rentabilidad del bono alemán, que no consigue
desvincularse de forma clara del valor refugio. No debemos olvidar que
la semana pasada era de vencimiento de futuros y opciones trimestrales,
y había muchas presiones para que no bajen las bolsas, sea como sea. Es
un factor muy importante a tener en cuenta ahora que ha pasado el
vencimiento.
El reciente optimismo no debería de desviar la atención del contexto
general que ha de marcar la situación del viejo continente, tras los
primeros pasos del rescate griego, una vez superado el canje de deuda.
En concreto, la consolidación de los niveles alcanzados, en clave
europea pasa ahora por el posicionamiento de la Unión Europea respecto
de la flexibilidad de los objetivos de las cuentas públicas respecto
del crecimiento, donde la señal mixta enviada tras el caso de España
ha tenido en principio una acogida tibia. Por otro lado recordamos que
seguiría pendiente de resolver definitivamente el tema de las
aportaciones finales a los sistemas de rescate o de estabilidad, que en
principio quedaba aplazado hasta finales de mes. Habrá que esperar para
conocer la capacidad y carácter de que se dota a dichos instrumentos,
quizás pronto veamos el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM)
convertido en una especie de FMI a la europea, algo que sin duda
resultaría positivo.
Es momento por lo tanto de testar como de estable se muestra el mercado
ahora que no está soportado. La liquidez es abundante, hay un creciente
apetito por el riesgo y el S&P 500 y Apple han alcanzado niveles que han
saltado a las primeras páginas de la prensa generalista, lo cual apunta
a cierta aceleración a corto plazo pero un inminente riesgo de
corrección importante, especialmente en aquellos mercados más
frágiles.
Desde el punto de vista de la estrategia, frente a los alentadores datos
macro USA, el aumento del precio del petróleo ha pasado a convertirse
en el riesgo que amenaza con dar alas a la inflación y poner en jaque
la frágil recuperación económica global. Así que la pregunta es si,
con las actuales políticas fiscales y monetarias, las perspectivas de
la economía global justifican mayores aumentos en los precios de los
activos de riesgo, que acumulan ganancias de más del 20% desde los
mínimos de noviembre, señal sin duda alcista en el largo plazo.
Los datos de esta semana pueden darnos alguna pista. En Estados Unidos
hablaremos sobre todo de vivienda y en Europa de los índices de PMI de
Servicios y Manufacturas, Precios de Producción y Pedidos Industriales.
También seguiremos las subastas de letras el lunes en Francia y
Holanda, el martes en España y el miércoles en Alemania y Portugal. El
EFSF también podrá colocar deuda esta semana, sin que estén
confirmados los detalles. Los resultados empresariales a destacar son
los de Adobe, Tiffany, Oracle, General Mills, ConAgra Foods, FedEx y
Nike en Estados Unidos, mientras que en Europa estaremos especialmente
atentos a Mediaset, Cairn Energy, Generali y Accenture. Inditex presenta
sus cuentas el miércoles.
Subasta de electricidad
Para finalizar, en el terreno nacional un breve apunte sobre la subasta
de electricidad entre comercializadoras de último recurso (CESUR) que
se celebra el miércoles 21, la última antes de la próxima revisión
trimestral de la tarifa de la luz que se realizará el próximo 1 de
abril. En nuestra opinión, aunque creemos que el grueso de la la
reforma del sector eléctrico se dará a conocer durante el segundo
trimestre, ya coincidiendo con este incremento de las tarifas para el
próximo día 1 veremos medidas de reducción de los costes que recaigan
sobre la industria, de modo que si tomamos en cuenta los precios
actuales de la electricidad para tratar de avanzar los que veremos a
partir del 1 de abril, podemos estimar un aumento en la tarifa final de
hasta el 5%. Esta subida relativamente escasa se explica porque una
bajada del precio de la electricidad en la subasta puede servir al
Gobierno para amortiguar subidas de tarifa final, de modo que se
aprovecha una bajada del precio de la electricidad para elevar la otra
parte del recibo y contener el déficit de tarifa, sin necesidad de
subidas de tarifa en la misma proporción.
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