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Amarga victoria, dulce derrota

Veo muy difícil que algún día la mayoría de Andalucía sea superior a la mayoría de ideología, si no se consiguió el pasado domingo tras los escándalos de corrupción, donde los protagonistas han sido los 800 euros por día que se gastaban en cocaína y la prostitución, no se conseguirá nunca
Emilio Beta
miércoles, 28 de marzo de 2012, 07:17 h (CET)
Las encuestas se quedaron en encuestas el pasado domingo, y ahora tras los resultados de las pasadas elecciones en Andalucía y Asturias toca hacer reflexión y análisis. Antes de pasar a lo más comentado que fueron las elecciones andaluzas, en Asturias volvimos a ver que todos los partidos siguen muy igualados y por tanto los pactos son obligados. Alguien hablaba de un bloqueo de la democracia y no es para menos, pero aun así la democracia ya cuenta con este tipo de situaciones y por eso ahora la noticia durante estos días serán las negociaciones y los posibles pactos.

Centrándose ya en Andalucía, las encuestas fueron la utopía del PP y chocaron con la realidad. Quizá algunos votantes del PP se confiaron pensando que las encuestas son las que van a votar y por tanto estos no fueran, o quizá esa hipotética posibilidad de que el voto de castigo por la corrupción del PSOE se fuera al PP y no a IU como finalmente ha sido (ha pasado de 6 a 12). Pues no señores, quien es del Madrid, por mucho que pierda no se irá al rival y se hará del Barcelona. Y no vale ahora que aquellos que no han ido a votar se tiren de los pelos por el resultado final, tanto si iban a votar al PP y han visto que se han quedado a nada de su primera mayoría absoluta en Andalucía, como si son del PSOE y ven ahora su futuro ligado a una Izquierda Unida que lleva en su programa la proclamación de una República Federal. Y no vale porque habéis tenido todo el domingo el colegio electoral abierto y no habéis decido ejercer vuestro derecho a voto, por lo que ahora vuestro derecho de quejaros tampoco sirve.

Por otro lado, hay algunos que dicen que ha sido un castigo al Gobierno de Rajoy y que por tanto el PP debe de hacer autocritica. En cuanto las medidas adoptadas por el actual Gobierno la una autocrítica que cabe es pensar si debemos echar un paso atrás, o por el contrario seguir al pie de la letra los consejos de Europa. Por otro lado, creo personalmente que el resultado, pese a no servir de nada, es el mejor de la democracia que ha cosechado el PP en Andalucía. La mayoría de andaluces son del Partido Popular en Andalucía, pero esto no sirve de nada si lo comparamos con la ideología aún mayor de Andalucía que sigue siendo la izquierda (PSOE y IU).

Veo muy difícil que algún día la mayoría de Andalucía sea superior a la mayoría de ideología, si no se consiguió el pasado domingo tras los escándalos de corrupción, donde los protagonistas han sido los 800 euros por día que se gastaban en cocaína y la prostitución, no se conseguirá nunca.

Andalucía queda por tanto como el único feudo del PSOE que se mantiene en toda España, y le arrebata al primer Gobierno de España lo que podía haber sido el máximo control y poder institucional de la democracia. Una Andalucía que seguirá siendo la de siempre, con sus campos y olivos visualmente, como resistencia y voz crítica ideológicamente. Un PSOE que sale fortalecido, pero que sigue con 110 escaños que serán junto con Andalucía esa resistencia en España al Gobierno del PP y a sus medidas y que le servirán a su campaña electoral vitalicia que seguirá hasta las próximas generales donde se vuelva a votar. Ahí se le volverá a dar la razón al PP o por el contrario al PSOE. Pero insisto, en España cabe la idea de darle la razón al PP, en Andalucía no.

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Quizá haya sido siempre así, aunque ahora se note mayormente; de cualquier manera, si nos ponemos a observar cómo nos relacionamos, el desapego, la crispación e incluso el enfrentamiento, cobran un rango predominante e inquietante.

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre una realidad que nos atraviesa a todos, pero no por igual: en el mundo contemporáneo, los mercados ocupan un lugar central en nuestras vidas, en tanto que no sólo determinan lo que compramos o vendemos, sino que también influyen en áreas fundamentales como la educación, la salud, la justicia e incluso las relaciones humanas.

A lo largo de la historia, el ser humano se ha visto acompañado de grandes descubrimientos que han contribuido a su propio desarrollo y bienestar físico, científico e incluso intelectual. Sin embargo ha sido en el pasado siglo XX cuando se produjo el salto más revolucionario: el mundo de la comunicación y conocimiento se ve sacudido por la aparición de la radio, la televisión, el ordenador e internet que se escenifican en la llegada del hombre a la luna en el año 1969.

 
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