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El Betis se lleva el derbi sevillano (1-2)

Un triste conjunto sevillista pierde en el tiempo de descuento ante un Betis que siempre tuvo las cosas más claras
Salvador Nieto
miércoles, 2 de mayo de 2012, 21:04 h (CET)
Ficha técnica
Sevilla FC:Javi Varas (0); Luna (1), Fazio (1), Cala (0), Fernando Navarro (1); Navas (1), Medel (2), Trochowski (1) (Babá, 74 (1)), Reyes (0) (Rakitic (0), 57); Manu del Moral (1) (Luis Alberto, 85) y Negredo (1).

Betis: Fabricio (1); Nelson (1) (Chica (1), 41), Dorado (2), Paulao (1), Nacho (1); Pozuelo (1), Iriney (2) (Cañas, 64), Beñat (3), Jefferson Montero (1)(Pereira, 78); Santa Cruz (1)y Rubén Castro (1)..



Goles: 1-0: Min. 5, Negredo. 1-1: Min. 43, Beñat. 1-2: Min. 92, Beñat..

Árbitro: Delgado Ferreiro, vasco. Expulsó por doble amarilla a Medel (min. 91). Amonestó a los locales Negredo, Fazio y Trochowski; y a los visitantes Beñat, Dorado, Jefferson Montero y Cañas.

Incidencias: 42000 espectadores en el estadio Sánchez Pizjuán. Terreno de juego en buenas condiciones.

Datos destacables
Lo mejor: Betis
Victoria del conjunto verdiblanco en el derbi.

Lo peor: el Sevilla
El conjunto sevillista vuelve a arrastrarse por el campo y a dar una paupérrima imagen

El dato:por encima
Con este resultado el conjunto verdiblanco adelanta por primera vez a los blancos esta temporada.
El Sevilla se descompone definitivamente y obsequia a su afición con una macabra broma póstuma para finalizar la temporada a manos de un Betis que siempre fue más consciente de sus limitaciones y virtudes, y que jugó en todo momento el partido que le interesó. Con este resultado, el Betis se sitúa por primera vez en la temporada por encima de los blancos, mientras que el conjunto nervionense implora a gritos el final de este calvario 2011-12.

Y eso que la cosa no pudo comenzar mejor para los intereses blancos. Un arranque eléctrico del equipo, con un Trochowski especialmente enchufado, posibilitó que Negredo adelantara a los blancos tras bonita jugada del alemán. El coliseo nervionense se caía, pero en el fondo todo el mundo se tentaba la ropa, conscientes de que con este Sevilla tan feble y triste, que no se sabe nunca si sube o baja, pueda ser incluso contraproducente adelantarse tan pronto.

Y así fue, efectivamente. El equipo blanco rápidamente le dio la razón a los que temían que se arrugara y se fuera del partido, y el Betis, con un plan de actuación mucho más claro que el de su rival, se puso cómodo en el césped. Sin dar impresión real de peligro en ningún momento, sí empezó a llevarse el partido a su terreno, mientras que la endeblísima tropa blanca se diluía entre faltas y toques intrascendentes en campo propio. En realidad, nada que sea nuevo en este negro curso sevillista, donde esta indigna caterva de jugadores ha maltratado a su afición día y día también hasta el mismo final de temporada. Y en una de las múltiples pérdidas de balón absurdas perpetradas por el conjunto sevillista, el Betis cantó bingo. Falta en la media luna para que Beñat, que ya hizo lo propio en el partido de ida, empatara el partido por el palo de un lento Varas y llevara el delirio a su parroquia justo antes del descanso.

Tras la vuelta al césped, el guión siguió siendo el mismo. Un equipo, el verdiblanco, jugando a lo que le interesaba, y un grupo de jugadores, que no equipo, cantando una oda a la impotencia y la desidia. Que el conjunto blanco vaya a quedarse fuera de Europa sólo puede obedecer a la justicia futbolística más absoluta. Defensa indigna de primera, centro del campo blando y descompensado, y falta de pólvora arriba. Con estos ingredientes el pastel solamente puede resultar incomible, como efectivamente así ha sido.

Míchel quitó a Reyes, cuya falta de vergüenza da verdaderamente que pensar, y metió a otro futbolista de los que gusta pasear por la pradera blanca, Rakitic. El conjunto blanco cayó en un manantial de pases intrascendentes y falta de presencia arriba, mientras el Betis empezó a oler sangre y siguió presionando con más fe si cabe. La mano de Mel desde luego que se notó al respecto.

Y en un enésimo error del conjunto blanco llegó el castigo, quizá desproporcionado por cruel, para la parroquia sevillista. Enésimo balón que se complica Cala por intentar controlar rodeado de contrarios en vez de despejar, pérdida obvia de balón, y falta a la desesperada en la misma línea del área. Se olía la tragedia en Nervión, y un confiadísimo Beñat lanzo de manera muy inteligente la falta para superar por bajo la horrenda barrera dispuesta por Varas y llevar el delirio a su hinchada. Cierto es que la falta de fútbol, de vergüenza y de testiculina del Sevilla lo lleva condenando la temporada entera, pero no es menos cierto que además este año la suerte le está haciendo jugadas pesadísimas. Penaltis fallados en el último minuto, sinfín de ocasiones erradas y goles recibidos de maneras increíbles, y este gol de Beñat para poner la guinda. Definitivamente, la suerte se ha ido bien lejos de Eduardo Dato.

Con este resultado, el Betis huele lo que para ellos puede ser su título particular, quedar por encima de un rival al que llevan viendo la matrícula una eternidad de tiempo, y el Sevilla no hace sino certificar meridianamente que hace falta una profunda restructuración a todos los niveles si quiere seguir en la élite española.

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