“Todavía no se conocen bien ni las causas ni los mecanismos que provocan la cefalea y los otros síntomas que la acompañan. En muchas ocasiones se encuentran antecedentes familiares que apuntan sin duda a una predisposición heredada, pero hasta la fecha no se ha identificado con detalle la alteración genética. La identificación de las causas de la migraña y, a partir de ahí, la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas marcan las líneas de investigación actual”,expone el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, neurólogo de IMQ y expresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo de la celebración, cada 12 de septiembre, del Día Internacional de Acción contra la Migraña.
Según ha apuntado el especialista, “en todos los estudios epidemiológicos realizados en Europa y EE. UU. se estiman que aproximadamente el 12% de la población padece migraña”. Esto supone que en el conjunto del Estado más de 5,5 millones de personas sufren cefaleas, ratio que, en Euskadi, arroja más de 260.000 personas afectadas.
La migraña o jaqueca es una enfermedad crónica que provoca episodios de dolor de cabeza muy intenso, con ciertas características: “es frecuente que este dolor de cabeza sea pulsátil, afecte solo a un lado de la cabeza, se acompañe de intolerancia al ruido y a la luz, y pueda ir acompañado de síntomas digestivos (náuseas, vómitos…)”; todo ello dificulta a quienes padecen una jaqueca continuar las actividades habituales de la vida diaria y trabajar.
La cefalea se resuelve en unas horas, “en ocasiones tras conciliar el sueño”. Algunos pacientes presentan horas antes del inicio del dolor de cabeza síntomas premonitorios inespecíficos. “En la denominada ‘migraña con aura’ la cefalea se precede en los minutos previos de síntomas (“aura”) habitualmente visuales (fotopsias, defectos o distorsión de la visión, etc.) o trastornos de la sensibilidad, habitualmente en cara y mano. Estos episodios de cefalea se repiten periódicamente con mayor o menor frecuencia”.
Migraña y mujer
“La migraña es mucho más frecuente en las mujeres adultas que en los hombres, en una proporción de casi tres mujeres por cada hombre”, ha advertido el doctor Rodríguez-Antigüedad. Además, “los cambios hormonales guardan relación con la migraña: su frecuencia es mayor en ciertos momentos del ciclo menstrual y disminuye tras la menopausia”.
En cuanto a los niños, hasta la pubertad, “no se encuentran estas diferencias”.
¿Qué ayuda y qué perjudica?
Habitualmente, “cada episodio de migraña supone una experiencia tan desagradable para quien la padece que suele dar lugar a una atención médica”. El diagnóstico de la migraña es básicamente clínico, es decir, “se establece en base a los síntomas que refiere el paciente: episodios repetidos de cefalea con determinadas características”. Cuando los síntomas que refiere el paciente no son típicos o presenta cambios en su dolor de cabeza o la exploración neurológica es anormal, “es necesario descartar la presencias de otras enfermedades”.
“El estrés, la falta de sueño, ciertos alimentos, el alcohol o ciertos olores, son para muchos pacientes claros factores que incrementan la frecuencia de la migraña o la desencadenan”. Cada paciente debe intentar identificar cuáles son los que le afectan, ya que varían de unas personas a otras, para evitarlos. Alimentos como el chocolate, ciertos quesos o determinados medicamentos no tienen el mismo efecto en todos los pacientes aquejados de migraña. “Es muy importante identificar y evitar en cada caso las causas que desencadenan las migrañas o incrementan su frecuencia”.
Tratamientos
Para cada episodio de migraña se utilizan medicamentos que alivian el dolor y los síntomas digestivos. “Cuando la jaqueca se repite con mucha frecuencia existen medicamentos para reducirla. Estos tratamientos preventivos son crónicos y con diferentes mecanismos de acción: antidepresivos, antiepilépticos, betabloqueantes, inyección de toxina botulínica, etc.”. Tal y como ha indicado el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, “en la práctica clínica se debe individualizar el tratamiento y buscar aquél que mejor controla en cada paciente los episodios de jaqueca y, cuando es necesario, aquél que reduce su frecuencia”.
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