Pablo Primo y Miguel Cañigral
A cuatro días del comienzo de la Eurocopa, muchas son las preguntas de unas aficiones que han visto, en los partidos preparatorios, como ninguna selección parece estar preparada para afrontar este torneo. Más allá del favoritismo de España o Países Bajos, la duda recae en conocer el papel de combinados como Inglaterra o Italia.
Polonia: Una incógnita Sus jugadores son jóvenes y, aunque son los anfitriones, son el combinado más débil del Grupo A. El partido inaugural frente a Grecia el próximo viernes será vital para conocer las aspiraciones reales de Polonia.
De aquella Polonia triunfal que consiguió dos terceros puestos en los Mundiales de 1974 y 1982, ya no queda nada. La selección polaca se ha caracterizado en las últimas décadas por ser un combinado fácil, sin ambición ni buenos bloques. Polonia ni siquiera llegó a clasificarse para el último mundial celebrado en Sudáfrica en 2010, y en la última Eurocopa no supero la fase de grupos tras empatar ante Austria y perder contra Croacia y Alemania.
El técnico de Polonia es el veterano entrenador Smuda desde el año 2009. El objetivo de los anfitriones es superar la fase de grupos y hacer un buen papel en un grupo que se antoja muy igualado pero en el que, previsiblemente, son el combinado más flojo.
Cumplir este objetivo dependerá del buen acierto del delantero Robert Lewandowski, jugador del Borussia Dormuntd. Esta temporada ha sido campeón de la Bundesliga, disfrutando de la continuidad necesaria para alguien de su edad (23 años). Es un delantero con buenos movimientos dentro y fuera del área, con buena técnica y muchas posibilidades en esta Eurocopa.
Rusia:
la fuerza de la experiencia¿Quién no se acuerda del
Holanda-Rusia de cuartos de final de la Euro 2008 en Austria? Sí, aquel partido
en donde los rusos ofrecieron un recital, una oda futbolera para eliminar al
grupo tulipán con una mezcla de fuerza, técnica y velocidad. Grandes momentos
para aquel conjunto de Hiddink solo empañados por España, el actual campeón europeo. El viernes Rusia regresa
a una gran cita tras ausentarse del Mundial de Sudáfrica con el mismo bloque de
futbolistas del último lustro pero con Dick
Advocaat en el banquillo. Encuadrados en un grupo asequible el objetivo es
repetir otra vez las semifinales aunque el cruce con el ‘grupo de la muerte’ limita
las aspiraciones del rígido combinado del este.
La fuerza rusa radica en su solidez defensiva y la experiencia de
sus jugadores. De hecho llegan a la Eurocopa habiendo perdido solo un partido
en la fase de clasificación con cuatro tantos
encajados en diez encuentros, compensando así su falta de gol y la
irregularidad de algunas de sus estrellas. Las asociaciones, ritmo y
electricidad ofensiva han dado paso a la contundencia defensiva y a la gran
organización de un mediocampo con tanta fuerza
como técnica.
Rusia parte como la favorita del Grupo A. Una selección con
jugadores que se conocen a la perfección y confeccionada prácticamente por dos equipos: el Zenit y el CSKA
locales. La
edad media de los jugadores rusos ronda los 29 años, un
equipo veterano donde Advocaat sostiene un 4-3-3
con Zyryanov, Dzagoev y Arshavin
como estrellas. La defensa de tres centrales que sorprendió en
Austria ha dado paso a una línea de cuatro con Anyukov y Zhirkov en los laterales, dos amenazas constantes por su
despliegue ofensivo. Quizás hay algunas dudas en una pareja de centrales
bastante lenta. Tras la baja de Vasily
Berezutski, su hermano gemelo Aleksei
formará junto a Ignashevich.
En mediocampo aparece la clase de
Denisov, un indiscutible por su gran
visión de juego. Sus escoltas en la medular serán Shirokov, de corte más defensivo, y Zyryanov, un veterano con proyección más ofensiva y bisagra con los
hombres de ataque. En principio Dzagoev
y Arshavin tienen un puesto asegurado. El primero aporta llegada y gol
mientras que el ex jugador del Arsenal está llamado a marcar las diferencias
como hace cuatro años. Las miradas y responsabilidad recaerán sobre estos dos
jugadores pese a no pasar por su mejor momento. El gol es una cuestión de Kherzakov o Pavlyuchenko aunque
Advocaat tiene un amplio repertorio ofensivo con Pogrebnyak y el imberbe Kokorin.
República Checa: la eterna transición
Después de clasificarse como
segunda en un grupo liderado por España y deshacerse en la repesca de la
correosa Montenegro aparece nuevamente
en escena la República Checa. Un bloque que mezcla savia nueva con la veteranía
de Cech, Rosicky o Baros. Estrellas eternas
que liderarán a una selección que falló en la última cita de Sudáfrica y que siempre
da que hablar en los torneos continentales. Encuadrada en el grupo A, el más
débil de la Eurocopa, Michal Bilek tendrá
la misión de guiar a sus jugadores a los cuartos de final. El principal objetivo.
Sin embargo las
expectativas son
bajas para los checos después
de una
titubeante fase de clasificación. Un
equipo que está adquiriendo nuevas señas de identidad tras un doloroso relevo generacional y que
enfilará la competición con una mezcla de juventud y disciplina. El Viktoria Plzen es una de las bases del
combinado checo con jugadores como Jiracek,
Pilar, Limbersky o Rajtoral que se han convertido en indispensables al
aportar contundencia y estabilidad defensiva. Un equipo joven y conjuntado, con Rosicky y Cech como grandes individualidades.
Desde que el seleccionador Michal Bilek tomó las riendas
los
checos se despliegan sobre un 4-2-3-1 muy conservador que tiene como una de las
gratas sorpresas al lateral Gebre Selassie, el primer jugador negro en representar a los
centroeuropeos, que estará acompañado en defensa por Sivok, Hubnik y Kadlec. En mediocampo, con
libertad para Rosicky, nos encontramos con un viejo conocido: Plasil, ex de Osasuna y ahora en el
Burdeos. Suele situarse por la derecha, junto a Hubschman, un mediocentro que barre todo lo que sale a su paso.
De esta manera, con la ayuda de Jiracek y Pilar en la medular, se ha
podido liberar a Rosicky de las tareas defensivas y de un rígido esquema de
juego para que conecte con el único atacante. Allí nos encontraríamos
con la envergadura de Necid, ariete
del CSKA ruso, pero sus problemas físicos harán que Milan
Baros vuelva a tirar del carro checo. Es el máximo goleador del equipo con
40 dianas en 87 partidos internacionales, un buque insignia como el portero
campeón de Europa con el Chelsea: Peter
Cech, capitán y líder de una selección que intentará volver a dar la
campanada como en 1996 donde consiguió
el subcampeonato detrás de Alemania.
Grecia: Cualquier cosa puede pasar
En este grupo tan igualado, Grecia aparece como un equipo del que se puede esperar cualquier cosa. Campeones de la Eurocopa de hace dos ediciones, su paso por el mundo desde entonces no ha sido fácil. Consiguió la clasificación superando a Suecia, pero está repleto de jugadores veteranos que podrían convertirse en los héroes de una nación necesitada de ídolos y confianza.El objetivo de Grecia no puede ser mayor que superar la fase de grupos. Su entrenador es el portugués Fernando Santos, quien ha sabido mantener el bloque del mundial de Sudáfrica y conseguir un bloque bien formado y trabajador. Grecia no tiene un hombre que destaque por encima del resto. Podríamos destacar al poderoso delantero Samaras pero, quizá, el referente heleno sea el delantero Salpingidis, aunque en 52 partidos tan solo ha marcado seis goles.
|