El pasado no cuenta, todo vuelve a empezar. Así reza una campaña publicitaria de una marca deportiva patrocinadora de España. Y no andan desencaminados: cuando el balón ruede nada importaran los hitos pasados, sino el presente, aunque ambos tiempos están estrechamente entrelazados. Porque España buscará superarse a sí misma, convirtiéndose en una selección de leyenda: ser los primeros en ganar tres citas de selecciones de manera consecutiva. La hazaña comenzará a construirse este 10 de junio, contra Italia, y contará con seis encuentros hasta verse, nuevamente, abrazados a la Eurocopa.
El desafío de España es fantástico: entrar en la historia del fútbol. «Tenemos el reto de ganar Eurocopa-Mundial-Eurocopa», reconoció el seleccionador Vicente del Bosque. Nadie aún lo ha conseguido. Ni Alemania, ni Francia, ni Italia, ni Argentina con Maradona, ni siquiera ese Brasil de Pelé (éstas dos últimas en su versión Mundial y Copa América). Hacerlo sería un hito sin precedentes. Sería convertirse en una selección de leyenda. Hasta este momento, estas selecciones, incluyendo a España, sólo han alcanzado un doblete. Alemania lo consiguió en 1972 y 1974; Francia, en el 1998 y en el 2000; y Brasil lo logró con el Mundial del 2002 y la Copa América del 2004. Éstos estuvieron cerca de firmar esta hazaña inalcanzable cuando ganaron, otra vez, la Copa América en 2007, pero entonces Italia ya era campeona del mundo. La 'Mannschaft' también estuvo cerca de hacerlo en 1976, pero la Checoslovaquia del atrevido Panenka, en la tanda de penaltis, evitó que los Beckenbauer, Muller y Maier coronaron una época magnífica iniciada con la Eurocopa de 1972 y 'su' Mundial de 1974. La complicación de esta ascensión se comprueba echando un vistazo al palmarés de la Eurocopa: ninguna selección ha reeditado título desde su primera edición en 1960. España lo podría hacer y, de paso, convertirse en la selección más laureada del continente junto a Alemania, única tricampeona de Europa (1972, 1980 y 1996). Esta aventura hacia la coronación como una selección de leyenda, durante esta decimocuarta edición del Campeonato de Europa de selecciones nacionales a celebrarse en Polonia y Ucrania, arrancará a las seis de la tarde del 10 de junio, cuando el balón eche a rodar sobre el césped del estadio polaco de Gdansk. Enfrente estará Italia. Después otros dos encuentros más de clasificación hacia cuartos. La República de Irlanda será el segundo rival, el 14 de junio a las 20.45 horas; y el 18 de junio a la misma hora contra Croacia. Si España concluye, como es de esperar, como primera de grupo, se enfrentará al segundo clasificado del grupo formado por Inglaterra, Francia, Ucrania y Suecia. Enfrentarse con Alemania y Holanda no llegaría hasta el momento de la verdad. Y el camino de éstos es pedregoso. No parece, por consiguiente, impensable que batiesen este registro histórico. De hecho las apuestas dan a España como la máxima favorita al Europeo.
Fútbol de toque
La convocatoria de Vicente del Bosque no ha conllevado excesivas sorpresas. El técnico salmantino ha confiado ciegamente en esa estructura con la que se conquistó el mundo en Sudáfrica. Sus únicas novedades han sido las incorporaciones de Juanfran (debutó recientemente ante Serbia) en detrimento de un tocado Iraola; y Negredo, el recambio de Villa. Ésta ha sido la gran noticia de esta convocatoria, amén del regreso de Cazorla. El delantero del Sevilla ganó la partida a Soldado. ¿Por qué? Además de olfato de delantero, éste tiene capacidad para moverse con soltura fuera del área, caer a bandas y mezclarse entre líneas con Silva, Iniesta y compañía. Torres daría velocidad y referencia en el área. Llorente marcaría aún más a las defensas centrales, dando oxígeno por arriba merced a su estatura. Y una cuarta opción sería presentarse sin delantero centro nato.
Porque toda la clave del éxito de España, de su juego de toque, radicará en el centro de campo, zona tan creativa como exitosa en los resultados de este grupo. Del Bosque -sistema táctico habitual de 1-4-2-3-1- formará con dos escuderos como Busquets y Xabi Alonso, dando más libertad a Xavi, Iniesta y Silva (obligado a tener más protagonismo tras su crecimiento en Manchester), que deberían ser tres grandes motores del juego. Como alternativas, aparecen gente como Cazorla, Pedro, Mata, Cesc o Navas. Futbolistas de toque todos ellos y con capacidad de profundizar en desborde por banda. Recambios de garantías; alternativas tácticas cuando el adversario cierre espacios.
Defensivamente, pocas novedades. Tres porteros de referencia con Casillas como capitán (más Reina y el ‘Zamora’ Valdés), y zona de cuatro defensas con Arbeloa -asumirá ser miembro del once titular- y Jordi Alba (debutante en esta citas) en bandas y con Piqué compartiendo zona central con un comodín como Sergio Ramos, que abandonará el carril derecho para ejercer de central. Albiol, Juanfran y el versátil Javi Martínez configuran el cerrojo de una España a la que espera la leyenda.
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