| POSIBLES QUINTETOS | Real Madrid: Llull, Suárez, Singler, Velickovic y Tomic --posible cinco inicial--; Sergio Rodríguez, Begic, Pocius, Mirotic, Jorge Sanz, Carroll y Reyes.
Barcelona: Huertas, Eidson, Mickeal, Lorbek y Ndong --posible cinco inicial--; Sada, Navarro, Iván García, Fran Vázquez, Wallace, Ingles y Rabaseda.
Árbitros: Hierrezuelo, Conde y Jiménez.
Datos: Cuarto encuentro correspondiente a la serie final de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, a disputarse en el Palacio de los Deportes (Madrid). El encuentro será retransmitido por TVE (22:00 horas).
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El
Real Madrid afronta su primer encuentro de campeonato contra el Barcelona. Otro
triunfo otorgaría al conjunto blanco el torneo de Liga Endesa, con el
consiguiente doblete tras haberse apuntado una Copa del Rey en Barcelona.
Diecinueve años después, el Real Madrid sería el auténtico dominador del
baloncesto en España. De no conseguirlo, al grupo de Laso aún le quedaría una
segunda opción, aunque notablemente más complicada: un quinto partido en feudo
del Barcelona. Éstos, por el contrario, carecen de margen de error. Sólo les
vale ganar.
El
Palacio de los Deportes estará engalanado como en las mejores ocasiones de su
historia, tanto pasada como presente. Banderas blancas en todos sus asientos,
pancartas de ánimo en su fondo sur, megafonía con todos sus vatios en uso y
videos motivadores en los marcadores. Lo merece esta ocasión. El Real Madrid
está situado a cuarenta minutos y un triunfo más de proclamarse campeón de
Liga, condecoración deportiva que se resiste desde el curso 2006-2007. Hay más.
Se firmaría un doblete con Liga y Copa del Rey, un dúo que no se consigue desde
hace 19 temporadas (1993), desde tiempos de Sabonis. Todavía hay más. Esto supondría
el éxito de un sistema ofensivo, de un baloncesto alegre, vistoso, certero,
veloz… de un proyecto, en definitiva, al que pocos daban recorrido este pasado
verano.
Sufrir antes de irse de fiesta El
caso de imponerse al Barcelona -sería el tercer triunfo consecutivo sobre el
vigente campeón- se viviría un episodio de retroceso en el tiempo, a aquellos
momentos mágicos del Real Madrid en el Palacio de los Deportes durante esos
años ochenta. Porque el conjunto blanco, en estas dos últimas décadas, no ha festejado
ningún campeonato ante sus aficionados. Todas sus conquistas nacionales e
internacionales se han producido en terrenos ajenos: tres Ligas y una Copa del Rey en Barcelona,
otra Liga ACB en Vitoria, una Euroliga en Zaragoza, una Recopa de Europa en
Nicosia y una Copa ULEB en Charleroi. Por consiguiente, afición y escenario merecen
un último esfuerzo.
Lo
que sucede es que este enésimo derroche de talento y energía es considerado
como el momento más complicado dentro del deporte. Eso de cerrar partidos o
finales no es una cuestión de coser y cantar. Como tampoco lo es eso de repetir exhibiciones. Bien lo saben en el Real Madrid. Se
han visto en esta situación en 16 ocasiones y sólo en 8 consiguieron su
propósito. “Estamos tranquilos porque todavía no hemos hecho nada, queda una
victoria más si queremos ganar la Liga y si conseguimos esa victoria, que es
nuestro objetivo, sí que dormiremos muy tranquilos”, reconocía Felipe Reyes. “Todos
queremos ganar para celebrarlo con nuestros aficionados, pero va a ser muy
complicado, porque enfrente tenemos a un equipo muy bueno, que ha quedado
tercero en la Euroliga y que lleva siendo uno de los mejores de Europa los
últimos años. Seguro que no nos lo van a poner nada fácil y el partido no se
parecerá en nada al jugado este lunes”, avisó el capitán cordobés del Real
Madrid, el encargado de alzar ese posible trofeo al cielo azul de Madrid.
Barça, giro radical o adiós Efectivamente,
esta tarea no será una misión asequible. No será un ejercicio administrativo.
El Barcelona, aunque tocado a consecuencia de cómo se desarrolló su primera
comparecencia en Madrid, está obligado a renacer de sus cenizas. A
restablecerse de sus heridas, a subsanar su desastrosa imagen mostrada en
público. A morir con las botas puestas. No lo tendrá, sin embargo, sencillo. El
Real Madrid está por encima de ellos en intensidad, tensión, acierto, frescura,
hambre y estado físico y mental de sus jugadores franquicia. Así como en el colectivo y en autoestima. Además de contar con ese sexto hombre tan importante en estas citas. El lunes, el público estuvo sobresaliente. El
Barcelona -se juega no acabar una temporada en blanco- deberá o bien recuperar exprés
a Navarro y Ndong o que sus otros escuderos justifiquen su cartel de baloncesto
excelente: Lorbek, Huertas, Eidson o Mickeal. Porque enfrente, con Carroll,
Reyes, Sergio Rodríguez, Llull, Mirotic y compañía, no habrá concesiones,
máxime cuando están tan cerca de convertirse en reyes. Aparte del talento, los
factores físicos y mentales serán determinantes. Y, aquí, el Real Madrid
también parte con ventaja. Ellos saben que es su hora. Su hora de ser
campeones.
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