La selección española no tuvo problemas para vencer a Irlanda y devolver las aguas a su cauce en el segundo partido de la fase de grupos de la Eurocopa, en el que los goles de Fernando Torres, que marcó un doblete, Silva y Cesc culminaron la primera victoria, guiada por un excepcional Andrés Iniesta, el mejor con diferencia.
El manchego lideró con firmeza, con la indiscutible obligación de llevar las riendas para no fallar ante Irlanda. Y no se falló. Iniesta marcó la pauta en un choque en el que la ansiedad desapareció como por arte de magia. En apenas cuatro minutos, España ya vencía con gol de Torres.
El 'Niño', protagonista por sus dos goles, acabó con el debate del '9' desde bien pronto. Precisamente una jugada de Iniesta, que se enredó entre tanto tobillo al borde del área, la peleó el de Fuenlabrada --hambriento por responder a las críticas-- y contestó con un lanzamiento inapelable.
El escenario era el mejor posible para sacar la estrella, para dejar fluir el juego de toque y movilidad, de asociación continua. Eso fue el equipo de Del Bosque durante toda la primera mitad. Xavi recuperó su sitio --tras el discreto domingo ante Italia-- y Busquets evidenció que Alonso no es imprescindible a su vera o viceversa.
Los de Trapatoni, físicamente rotos, fueron a menos según avanzaba el encuentro. No había esperanzas para la selección verde, que no tenía argumentos en su zurrón. Ni el veterano Robbie Keane pudo sacar el orgullo de Eire a pasear. Casillas, salvo en un par de lanzamientos, no tuvo que hacer gala de la condición de santo.
El segundo gol no llegó antes del descanso, pero era cuestión de otra fantasiosa telaraña en botas de los locos bajitos. No había dudas. España ejercía con tiranía su dominio. ¿Irlanda? Sí, pasaba por allí, era un mero 'sparring' para un equipo que carburaba a las mil maravillas.
Y en estas apareció Silva, que cedió su egoísmo inicial para acoplarse al buen paladar que le define. El de Arguineguín selló el segundo de forma magistral. El canario, tras dos recortes, batió a Given con un toque de golfista a escasos metros del green. Se trataba de ajustarla, no de romperla.
Esa es quizá la definición del fútbol español. El talento no está reñido ni con la velocidad, ni con la fuerza. Con el 2-0, España siguió buscándola y Xavi, desde el área, pudo haber logrado el tercero con un disparo letal. El meta del Aston Villa metió la mano, pero no pudo hacerlo en las siguientes.
Dos minutos antes de que Del Bosque cambiase a Torres, el '9' acertó con el segundo tras definir con el interior. Cabeza alta, dudas disipadas y goleada al canto. Ya estaba más que resuelto el primer 'match ball' de la selección en esta Euro, y para eso estuvo Torres, nutrido del balón al pie pertrechado en botas de Iniesta y un excelso Xavi.
Y ahí --cuando nadie se acordaba de Arbeloa-- y Cazorla se estrenaba en Polonia, el debate del nueve tomó forma. Cesc reclamó su cuota de minutos para dar la razón a Del Bosque por el planteamiento ante Italia. El culé, con un gesto de rabia, fusiló a Irlanda, que quedó tocada de muerte. Hubo redención, buen fútbol y liderato.
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