La revista científica Nutrients acaba de publicar el estudio ‘Ingestas dietéticas y fuentes de zinc, selenio y vitaminas A, E y C en población española: resultados del estudio científico ANIBES’, una nueva investigación que tiene por objeto analizar la ingesta diaria de zinc, selenio, vitaminas A (retinol y carotenos), E y C, ya que todos estos micronutrientes participan en diferentes funciones biológicas involucradas en el sistema de defensa antioxidante, el cual tiene implicaciones importantes para la prevención de enfermedades crónicas inflamatorias y, en particular, de enfermedades cardiovasculares.
Tener una nutrición adecuada es uno de los pilares de la salud pública y, este estudio, coordinado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN), pretende contribuir a conocer la situación nutricional de la población de forma previa al diseño de directrices nacionales, lo cual es esencial para mejorar la situación nutricional de la población.
Según apunta el investigador principal del estudio, el Prof. Ángel Gil, Presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), Director del Grupo Científico BioNit y Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, “este nuevo trabajo científico indica que un porcentaje significativo de la población española participante en el estudio científico ANIBES no cumple con las ingestas recomendadas de zinc, vitamina A y vitamina E; un porcentaje también importante de personas no cumple con las recomendaciones de vitamina C; y solo un bajo porcentaje de personas no cumple con las recomendaciones de selenio”.
En concreto, “para toda la muestra estudiada, el porcentaje de población que comunicó consumos inferiores al 80 % de las recomendaciones diarias de ingesta, tanto españolas como europeas (EFSA), fue de un 92 % y 83 % respectivamente para el zinc, del 74 % y 60 % respectivamente para la vitamina A, y de un 80 % y 80 % respectivamente para la vitamina E”, explica el Profesor Gil.
De forma adicional, se han evaluado las fuentes alimentarias de estos micronutrientes. A este respecto, el Profesor expone que “las principales fuentes de alimentación para el zinc fueron las carnes y derivados; para el selenio, los cereales y derivados; para la vitamina E los aceites y grasas; y para las vitaminas A y C las verduras y hortalizas”.
Según la edad y el sexo
Con respecto a los grupos de edad, el Profesor Ángel Gil explica que “se observó una menor ingesta de zinc, selenio y vitamina E en el grupo de mayores (65 - 75 años), frente a las ingestas reportadas de carotenos y vitamina C que aumentaron con la edad”.
También se observaron diferencias por sexos, “las ingestas de zinc, selenio, vitamina A y vitamina E fueron mayores en los hombres que en las mujeres en toda la población”, mientras que “la ingesta de carotenos y vitamina C fue menor en los hombres que en las mujeres en el total de la muestra”, continúa el Profesor.
Zinc
“El 83 % de la población no cumple con las recomendaciones europeas de zinc”, siendo las principales fuentes “las carnes y derivados (28,5 %), los cereales y derivados (25,5 %), así como la leche y productos lácteos (15,8 %). Otras fuentes alimentarias de zinc fueron el grupo pescados y mariscos (5,7 %), las verduras y hortalizas (5,2 %) y los precocinados (4,8 %)”, explica el Profesor Gil.
Respecto a los diferentes grupos de edad, el Profesor añade “la leche y productos lácteos proporcionaron mayores porcentajes de zinc a los niños; mientras que el pescado y las verduras y hortalizas proporcionaron un mayor porcentaje a los grupos de edad avanzada; y los precocinados a los grupos más jóvenes”.
Selenio
“La ingesta de selenio alcanzó casi la totalidad de las recomendaciones españolas y europeas. Únicamente el 15 % y el 25 % de la población había reportado ingestas por debajo del 80 % de la ingesta diaria recomendada para España y Europa respectivamente”, explica el responsable del estudio.
Sobre las fuentes, detalla que “la mayor fuente de selenio en toda la población fue el grupo de cereales y derivados (46,5 %), con un mayor aporte para los adolescentes (50,8 %). El grupo pescados y mariscos supuso el 16,7 %, las carnes y derivados el 14,9 %, y la leche y productos lácteos el 7,2 % del total de la ingesta diaria de selenio”.
Vitamina A
“Las ingestas reportadas de vitamina A en el presente estudio fueron inferiores a las recomendaciones españolas y europeas. Concretamente, el 60 % de la población estudiada en el estudio ANIBES no cumplía las recomendaciones europeas”, comenta el Profesor.
“Las verduras y hortalizas fueron la principal fuente de vitamina A para toda la población (31,3 %), contribuyendo en proporciones más altas en los grupos de edad más avanzada. La leche y productos lácteos aportaron el 21,7 %, aunque la contribución fue mayor en los grupos más jóvenes. Los huevos ocupan el tercer lugar (11 %) y las frutas el cuarto (6,9 %)”, añade el Profesor Gil.
Vitamina C
En lo que respecta a la ingesta de vitamina C, explica que “el 29 % y 56 % de toda la población adulta no cumplía con las recomendaciones españolas y europeas, respectivamente”.
Respecto a las fuentes, declara que “las verduras y hortalizas (50,6 %) y las frutas (20 %) contribuyeron en más del 70 % a la ingesta de vitamina C. La leche y productos lácteos y bebidas sin alcohol ocuparon el tercer y cuarto lugar, aportando un 8,9 % y un 8,7 %, respectivamente”.
Vitamina E
“Los datos del estudio ANIBES indican que el 80 % de toda la población adulta tiene una ingesta inadecuada de vitamina E”, continúa el Profesor. En lo que respecta a las fuentes, añade que “el grupo de alimentos y bebidas compuesto por el aceite y las grasas fue el principal contribuyente (45,7 %) a la ingesta de vitamina E, seguido por las verduras y hortalizas (11,4 %), los pescados y mariscos (9,7 %) y las frutas (4,8 %). Estos tres últimos grupos de alimentos aumentaron con la edad”.
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