Getafe y Athletic Club se repartieron los puntos este viernes en la vigésima jornada de la Liga Santander, la primera de la segunda vuelta, tras empatar en el Coliseum Alfonso Pérez (2-2) en un duelo marcado por los tres penaltis que pitó el árbitro Gil Manzano.
El conjunto del 'Kuko' Ziganda, que suma nueve jornadas sin perder, se adelantó en el marcador gracias a un centro-chut de Iñaki Williams a los diez minutos. El canterano de los leones marcó con un disparo que se envenenó según llegaba a la portería. Además, el bilbaíno logró ver portería la semana en que firmó su renovación hasta 2025 con los vascos.
Sin embargo, el Geta contestó a la perfección gracias a un penalti que transformó Jorge Molina. El veterano delantero de los azulones no perdonó la acción de Iago Herrerín, que le derribó claramente, y marcó sin problema desde los 11 metros. El choque, en ese momento, se tranquilizó después de que Emi sacase una mano espectacular a un cabezazo de Sabin.
Nada más comenzar la segunda mitad, los de José Bordalás no perdieron en intensidad y fueron mejores que el Athletic, pero un penalti infantil de Molinero dio licencia a los leones para poner el 1-2 en el marcador. Raúl García batió a los madrileños con un disparo por el centro de la portería.
Los de casa, volcados con el paso de los minutos, hicieron achicar a su rival y pronto encontraron el premio con otro penalti, el tercero de la noche con los mismos protagonistas en juego. En esta ocasión, Herrerín hizo olvidar aún más a Kepa Arrizabalaga con una mano prodigiosa que dejaba el triunfo momentáneo de los bilbaínos.
Sin embargo, el partido no terminó así. El conformismo de los visitantes, pese a meter a Aduriz para la recta final, acabó dando sus frutos a los azulones. Ángel, tras una acción protestada por el Athletic por fuera de juego, metió la puntera y colocó el 2-2 definitivo. Este reparto de puntos deja al Geta en la séptima posición y a los vizcaínos, décimos.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.