El portavoz militar de los huthis, Yahya Sari, ha asegurado este jueves que los rebeldes han llevado a cabo un ataque con un misil de crucero contra una instalación de la petrolera Aramco en Yeda, la segunda ciudad más grande de Arabia Saudí, algo que las autoridades saudíes todavía no han confirmado. Sari ha indicado que el proyectil ha impactado "con precisión" en su objetivo, según ha recogido el canal de televisión Al Masirah, vinculado a los rebeldes. Asimismo, ha adjuntado una imagen aérea en la que se puede apreciar como el misil apuntaba contra un tanque de almacenamiento de una planta petrolera. "Este ataque es parte de la respuesta natural y legítima a la continuación del brutal asedio y agresión contra nuestro querido pueblo", ha manifestado. La coalición internacional que encabeza Arabia Saudí no se ha pronunciado sobre este supuesto ataque, si bien ha dicho haber destruido un dron cargado con bombas y un misil balístico lanzados por los huthis contra Jamis Mushait y Jizán, respectivamente, según ha recogido la agencia estatal saudí de noticias, SPA. El portavoz de la coalición, Turki al Malki, ha dicho que la Fuerza Aérea saudí ha interceptado un misil balístico lanzado contra Jizán y ha acusado a los rebeldes de "recrudecer adrede los ataques deliberados, hostiles y terroristas contra civiles". Asimismo, ha denunciado que "estos actos terroristas equivalen a crímenes de guerra" y ha incidido en que "el Mando Conjunto de la coalición seguirá aplicando todas las medidas operativas necesarias para proteger a los civiles y los objetos civiles, en línea con el Derecho Humanitario". Este mismo miércoles, la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí ha asegurado haber interceptado otro dron con explosivos lanzado por los huthis contra territorio saudí, en medio de un incremento de este tipo de incidentes durante las últimas semanas. La guerra en Yemen enfrenta al Gobierno reconocido internacionalmente, encabezado por Abdo Rabbu Mansur Hadi y apoyado por una coalición internacional, y a los huthis, respaldados por Irán. Los rebeldes controlan la capital, Saná, y otras zonas del norte y el oeste del país. El conflicto ha sufrido un recrudecimiento durante los últimos meses, pese a los esfuerzos internacionales de mediación, en una guerra que ha provocado la que es la mayor crisis humanitaria mundial. Actualmente, casi el 80 por ciento de la población, unos 24 millones de personas, necesitan ayuda.
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