El dirigente de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha llamado a las autoridades del país a no bajar la guardia "ni siquiera un momento" frente a la pandemia de COVID-19, a pesar de que su régimen sigue sin reconocer casos de coronavirus e incluso ha rechazado unos 3 millones de dosis de vacunas que iba a recibir a través del mecanismo COVAX. Para Kim, la prevención frente al virus es una tarea de "suma importancia". Pyongyang ha cerrado fronteras y restringido aún más los movimientos desde el estallido de la pandemia en la vecina China, sin que observadores externos hayan podido constatar cuál es la situación sobre el terreno. El dirigente norcoreano reconoce una "situación peligrosa" a nivel mundial, con una pandemia "fuera de control" que requeriría seguir manteniendo --e incluso "reexaminar"-- las restricciones en vigor, según una nota de la prensa oficial recogida por la agencia surcoreana Yonhap. Kim ha abogado por una "intensa ofensiva política" frente al virus". Todo ello a pesar de que las autoridades de Corea del Norte no han comunicado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ningún caso de COVID-19 y, desde el inicio de la pandemia, habría realizado unos 36.000 test. De ser cierto, sería un hito inédito dentro de una emergencia que suma ya 219 millones de contagios notificados en todo el mundo, según la Universidad Johsn Hopkins. Fuentes del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) confirmaron esta semana a Europa Press el rechazo de tres millones de dosis de vacunas Sinovac, teóricamente para que "sean redirigidas a país gravemente afectados" por el virus. Pyongyang tampoco ha accedido aparentemente a entregas bilaterales como las planteadas por Moscú.
UN "CLIMA ANORMAL"
Kim Jong Un ha hablado este jueves durante un encuentro con líderes de su partido en el el que también ha tratado la producción agraria, en un momento especialmente delicado por la aparente falta de alimentos derivada de recientes desastres y de los cierres fronterizos. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió en junio de una temporada de cosecha peor de lo esperado que, sumada a la reducción en las importaciones, genera un déficit alimentario nacional de 860.000 toneladas, lo que equivale a 2,3 meses de comida. Kim ha reconocido de nuevo que hay un "problema alimentario", frente al que ha planteado trabajar para garantizar una buena cosecha y una mejor gestión de la tierra, de tal forma que pueda resistir mejor a futuros "desastres naturales". El dirigente ha reconocido que el "clima anormal" aumenta los riesgos, por lo que ha planteado medidas sobre ríos y bosques que puedan mejorar la resiliencia.
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