Dicen, y estoy de acuerdo, que el centro es un terreno peligroso electoralmente hablando, y pienso que esto es una realidad, ya que en poco tiempo hemos sido testigos de la debacle de muchos partidos que han apostado por esa posición. También he oído eso de que ser de centro es como todo el mundo dice que se tiene que ser, pero como a nadie le gusta que seas, y también puedo estar de acuerdo. Entonces se llega a la conclusión de que las apuestas políticas sobre el centro deben ser muy medidas y meditadas.
El votante de centro, aunque ese centro sea casi inexistente, es el que decide las elecciones, pero casi siempre es sin contar con los partidos de centro, por lo que el centro es un caladero de votos. Luego está el que afirma que hay que apostar por el centro pero sin estar en él, es decir, hay que ser de centro de boquilla.
Muchos ciudadanos se preguntan qué es ser de centro... En mi opinión ser de centro es dar el voto a PSOE o PP, y así nos va. Esto da sentido a porqué fracasan los partidos que se abrazan al centro como dogma político, porque el centro en España nunca ha existido, ni con la UCD y posterior CDS del Presidente Adolfo Suárez.
En España somos o de derechas o de izquierdas, pero exaltados o moderados, y no se entiende el centro como una corriente política, y tampoco es un alarde de sentido común.
Con el centro por bandera perdió hasta Adolfo Suárez, el político más admirado por todos, y es que el centro como tal no vende, y en España tampoco está de moda, y es que el centro no se echa de menos ni cuando la política se encuentra en situación de parálisis total.
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