El Gobierno de Reino Unido ha anunciado este miércoles una nueva batería de sanciones contra Rusia que incluyen al "segundo hombre más rico" del país, Vladimir Potanin, y una prima del presidente ruso, Vladimir Putin, en el marco de las medidas punitivas anunciadas en respuesta a la invasión de Ucrania.

El comunicado publicado por el Ejecutivo británico indica que Potanin es "propietario del conglomerado Interros" y agrega que el hombre "sigue amasando riqueza mientras apoya al régimen de Putin, adquiriendo Rosbank y acciones de Tinkoff Bank desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania".

Asimismo, ha destacado que Anna Tsivileva, prima de Putin y presidenta de la compañía minera JSC Kolmar Group, igualmente sancionada. El esposo de Tsivileva, Sergei Tsivilev, es gobernador de la región de Kemerkovo. "La pareja se ha beneficiado de forma significativa de su relación con Putin", ha denunciado Londres.

"Mientras Putin continúe su aberrante asalto contra Ucrania, usaremos las sanciones para debilitar la máquina de guerra rusa", ha dicho un portavoz del Gobierno de Reino Unido, antes de agregar que estas últimas sanciones "demuestran que nada ni nadie están fuera de la mesa, incluido el círculo cercano de Putin".

En este sentido, el Gobierno británico ha destacado que además será sancionado "un grupo de individuos y compañías rusas por su implicación en la represión de civiles y apoyar el régimen de (Bashar) Al Assad en Siria, lo que expone las actividades malignas de Rusia en todo el mundo".

"El Gobierno británico actúa junto a aliados internacionales para introducir nuevas medidas que eviten que Rusia acceda a servicios de prestación de confianza, que permite a personas o empresas gestionar los activos de otros, lo que supone un gran elemento de los servicios financieros de clase mundial en Reino Unido, que Rusia ya no podrá seguir usando.

Por último, ha recordado que Reino Unido ha impuesto hasta la fecha sanciones contra más de mil personas y 120 empresas desde el inicio de la invasión, antes de agregar que tres cuartas partes de las empresas extranjeras han reducido operaciones en Rusia, cerca de un cuarto de las cuales se han retirado totalmente del país.