Los declarantes de IRPF con rentas del trabajo aumentaron en 2020 en 734.011 aunque las bases imponibles disminuyeron en 2.267 millones de euros, lo que en términos relativos implica un descenso del 0,5% respecto a 2019, según datos publicados este jueves por Gestha referidos a la Campaña de la Renta del año de irrupción de la pandemia.
El descenso de las bases imponibles fue limitado debido, según los técnicos de Hacienda, a las prestaciones ligadas a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) abonadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y a las ayudas públicas puestas en marcha por el Gobierno para paliar los efectos económicos de la pandemia.
Al considerarse el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) un segundo pagador y reducirse el límite de las rentas del trabajo que determina la obligación de declarar a 14.000 euros, se produjo un aumento de 734.011 declaraciones con rentas del trabajo, con una subida correlativa de retribuciones de más de 10.173 millones de euros. No obstante, Gestha precisa que los rendimientos del trabajo medios cayeron en 325 euros.
Frente al incremento de las rentas del trabajo, las declaraciones con rendimientos del capital mobiliario disminuyeron en el primer año de pandemia 1.634.326 (-15,8%), con un descenso global de 3.578,5 millones de euros (-19,9%).
Gestha aprecia además un recorte "significativo" en las declaraciones que efectuaron en 2020 los trabajadores autónomos, con 68.188 declaraciones menos, con unos rendimientos de actividades económicas inferiores en 5.067 millones de euros (-14,8%) a los de 2019, lo que provocó una disminución del beneficio medio de 1.486 euros (-12,8%).
Al mismo tiempo, los técnicos de Hacienda cifran en 43.227 (-0,5%) la caída de las declaraciones de arrendamientos en 2020, con 821,3 millones de euros menos (-5,5%). Por su parte, las rentas inmobiliarias de dudoso cobro aumentaron en 48,4 millones y los gastos de defensa jurídica por rentas inmobiliarias se concentraron entre los propietarios con rentas de más de 60.000 euros.
LOS DECLARANTES DE MADRID Y BALEARES, LOS MÁS DESIGUALES
Según Gestha, con datos a 2020, los declarantes de IRPF en Madrid y Baleares fueron los más desiguales, pues el 10% más rico de Madrid ingresó más del doble (2,18) que lo que ingresaron el 40% de los madrileños más pobre. En el caso de Baleares, el 10% más rico ingresó 1,77 veces lo que ingresaron el 40% de los más pobres.
A nivel nacional, el 10% más rico de las comunidades autónomas de régimen común ingresó 1,63 veces lo que percibieron el 40% de los más pobres.
Por el contrario, las regiones con menos desigualdades son Asturias, donde el 10% más rico gana 1,14 veces que el 40% más pobre; Extremadura (el 10% más rico gana 1,21 veces), y Castilla y León y Castilla-La Mancha (1,22 veces).
Por otra parte, si se toma el conjunto de los declarantes y no sólo la proporción de 10/40), también son los declarantes de IRPF de Madrid y Baleares los más desiguales, con 5 y 2 puntos por encima de la media estatal, mientras que Asturias es la comunidad más igualitaria (0,30).
Respecto a 2019, el año de la pandemia afectó positivamente en la reducción de la desigualdad de los declarantes del IRPF, al recortarla un -1,2%, debido a la caída de las rentas del capital experimentadas en 2020.
Esto explica que Madrid y Baleares redujeran la desigualdad total en 2020 un 2,8% y un 2,1%, respectivamente. También por encima de la media nacional de reducción de la desigualdad total (-1,2%) se situaron Castilla y León (-1,7%) y Cataluña (-1,4%).
No obstante, en el lado negativo, destaca Murcia, que aumentó la desigualdad total en 2020 un 4%, seguido de Aragón (+1,8%), Cantabria (+1,5%), Castilla-La Mancha (+0,9%) y Andalucía (+0,8%).
En comparación con 2010, la desigualdad total de los declarantes de IRPF en el conjunto de comunidades autónomas de régimen común aumentó un 1,3% en 2020, siendo Madrid (+5,5%), Murcia (+4,5%) y Baleares (+4,1%) las regiones con los mayores incrementos.
En el otro extremo, destacan los declarantes de Asturias, que recortaron la desigualdad un 7,4% en el periodo 2010-2020; Castilla y León (-4,8%) y Cantabria (-4,7%).
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