Las autoridades ucranianas han informado este sábado de la muerte de ocho personas, así como de una docena de heridos, como consecuencia de un nuevo bombardeo de las Fuerzas Armadas de Rusia sobre un hospital en la ciudad de Sumi. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha informado de que 113 pacientes que han sido evacuados como consecuencia de los ataques con drones, mientras continúan las operaciones de rescate. "Salvamos vidas. Damos lo mejor para brindar a nuestra gente la ayuda que necesita", ha dicho. "Todos los que en el mundo hablan de esta guerra deberían prestar atención a dónde está golpeando Rusia. Están en guerra con hospitales, bienes civiles y vidas de personas. Sólo la fuerza puede obligar a Rusia a hacer la paz", ha afirmado. Zelenski ha enfatizado que "la paz a través de la fuerza es el único camino correcto" y ha agradecido a quienes les ayudan a seguir ese camino, lo que suena a crítica velada a quienes insisten a Ucrania en sentarse a negociar con Rusia. Por su parte, el ministro del Interior de Ucrania, Igor Klimenko, ha detallado en un primer momento que varios pisos del centro médico han sido destruidos por dos drones, el segundo de ellos impactando cuando se estaban llevando a cabo labores de evacuación del los pacientes y el personal. Klimenko ha destacado que entre los muertos hay un policía. Se trata del coronel de la Policía de Sumi, Igor Poladich. Por segundo día consecutivo, la Policía ucraniana ha perdido a miembros de su personal", ha lamentado Klimenko, recordando el ataque ruso en la víspera contra una comisaría de Krivói Rog.
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