MADRID, 31 (OTR/PRESS) El espectáculo de sus señorías durante la última sesión de control en el Congreso es difícil de comprender y aún más de perdonar. Mientras la tragedia, en forma de DANA, asolaba nuestro país, sus señorías estaban enzarzados en una de sus habituales grescas. Parece que fue en filas del PP donde se dieron cuenta de la magnitud de las consecuencias, cuando pidieron que se interrumpiera el pleno, e incluso en ese momento hubo dudas en el resto de las bancadas. La DANA ha dejado un reguero de muerte y destrucción que tardaremos en poder superar pero, mientras tanto, lo que si deberíamos es acompañar en su luto a las víctimas. La manera de hacerlo es interrumpir actividades que no sean necesarias. Algunos clubes de la liga de fútbol han propuesto no celebrar los partidos previstos. Me parece una propuesta loable y que se debería imitar en otros ámbitos. Las consecuencias del paso de la DANA aún están por cuantificar sobre todo en lo que a vidas se refiere. No se puede volver a la normalidad mientras los servicios de emergencia, y también la UME, están buscando a los desaparecidos e intentando ayudar a paliar los efectos allí por donde ha pasado sembrando la muerte y el horror. Nuestro país está de luto y el Gobierno a todos los cargos públicos deberían de dar ejemplo aparcando sus cuitas para otro momento. Todos los esfuerzos deberían centrarse en una sola dirección: ayudar a las personas y poblaciones víctimas de la DANA. Lo contrario sería imperdonable.
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