MADRID,
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, ha insistido una vez más este domingo en que su gobierno no tiene la más mínima intención de renunciar a su compromiso de incorporar el país a la Unión Europea para 2030 a pesar de la paralización de las conversaciones de adhesión con Bruselas debido a la enorme crisis política que está atravesando el país. La oposición georgiana y la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, acusan a Kobajidze y a su partido Sueño Georgiano de haber usado métodos fraudulentos para ganar las elecciones legislativas de octubre, con cierta injerencia rusa. Desde entonces, la capital, Tiflis, se ha convertido en escenario casi diario de protestas y violentos disturbios. En un discurso recogido por el portal Georgia Today, Kobajidze ha reiterado que su partido "tiene la responsabilidad ante todo el pueblo de Georgia, y especialmente ante su millón de votantes, de cumplir con su lema de campaña: 'Hacia Europa con paz, dignidad y prosperidad'". El primer ministro ha insistido en que estas protestas son "obstáculos artificiales" procedentes de "una oposición doméstica y responsables europeos" y que su gobierno ha trabajado sin descanso durante el último año y medio para garantizar el estatus de Georgia como candidato. Kobajidze ha defendido en este sentido la victoria que, para él, ha representado arrebatar las negociaciones de adhesión de aquellas fuerzas que lo han empleado como un instrumento de chantaje y desestabilizacion". Cabe recordar que su partido, Sueño Georgiano, acusó a finales de octubre a la Unión Europea de utilizar el proceso de adhesión de Georgia al bloque comunitario como una "herramienta política" para dirigir el futuro del país. "Todo el mundo debería entender", afirmó en ese momento el presidente del Parlamento georgiano, Shalva Papuashvili, "que un enfoque así convierte la integración europea en una herramienta política, lo que, por desgracia, acaba dañando el propio proceso de integración europea y la reputación de la Unión Europea".
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