El Ministerio de Exteriores de Rusia ha trasladado este jueves su pésame por la muerte del ministro talibán de Refugiados y Repatriados, Jalil Rahman Haqqani, en un atentado perpetrado el miércoles por Estado Islámico, y ha destacado que este suceso es "una reacción" de los yihadistas a las medidas adoptadas en su contra por las autoridades afganas. La diplomacia rusa ha lanzado un comunicado en el que ha mostrado su "preocupación" por la muerte de Haqqani en este "ataque terrorista" de Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP), la filial afgana del grupo, y ha subrayado la importancia de que "los implicados en el crimen sean identificados y reciban un merecido castigo". "El aumento de las actividades subversivas de Estado Islámico en Afganistán es una reacción de esta organización terrorista internacional a las medidas contundentes adoptados contra ella por el Gobierno afgano. Rusia se solidariza con los esfuerzos antiterroristas afganos y tiene la intención de brindarles la asistencia necesaria", ha remachado Exteriores de Rusia. Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP) ha reivindicado la autoría del atentado, que dejó otros tres muertos y perpetrado por un terrorista suicida cuando Haqqani salía de una mezquita de la capital. El atacante, que lo estaba esperando a la salida, activó su chaleco cargado de explosivos. Haqqani fue nombrado ministro de Refugiados en septiembre de 2021, después de que los talibán se hicieran con el poder en Afganistán un mes antes. Es tío de Sirajudin Haqqani, ministro del Interior y líder de la red Haqqani, una organización íntimamente vinculada a los talibán y aparato esencial en la cadena de suministros de combate durante la guerra, además de hermano de Jalaludin Haqqani. El grupo yihadista considera a los talibán unos traidores a la ortodoxia de la 'sharia' y defiende una interpretación aún más dura, motivo por el que ha perpetrado decenas de atentados en Afganistán desde que el grupo llegó al poder en agosto de 2021 tras la huida del entonces presidente, Ashraf Ghani. Por su parte, Rusia es considerada como uno de los aliados del régimen talibán, aunque Moscú lo niega.
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