La Administración de Donald Trump ha ofrecido indemnizaciones a los funcionarios federales que tenían acuerdos laborales flexibles tras la pandemia y no quieran regresar a la oficina, siempre y cuando renuncien antes del jueves que viene, 6 de febrero, acción que supone el más amplio esfuerzo hasta ahora del nuevo gabinete para reducir el tamaño del Gobierno. La oficina de administración de personal de la Casa Blanca ha enviado un correo electrónico a sus empleados ofreciéndoles renunciar con disfrute de sueldo hasta el 30 de septiembre. También ha advertido de que está buscando una "fuerza laboral más ágil y flexible". "Si bien es probable que algunas agencias e incluso ramas del Ejército vean aumentos en el tamaño de su fuerza laboral, es probable que la mayoría de las agencias federales se reduzcan a través de reestructuraciones, realineamientos y reducciones de personal", ha explicado un portavoz consultado por Bloomberg. Trump, en una de sus primeras acciones de su nueva administración, ordenó a los trabajadores del Gobierno que regresaran a la oficina, revocando las adaptaciones para trabajar desde casa llevadas a cabo bajo el mandato de su predecesor, Joe Biden. El mandato de volver a la oficina se aplica a todos aquellos funcionarios que no "estén excusados debido a una discapacidad, una condición médica calificada u otra razón convincente certificada por el jefe de la agencia". Los datos de la oficina de administración y presupuesto muestran que aproximadamente el 10 por ciento de la fuerza laboral es permanentemente remota, incluidos los trabajadores discapacitados con una adaptación documentada, los cónyuges de militares y aquellos cuyo trabajo es móvil.
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