El lunes 28 de enero de 1935, tropas al mando del coronel Rafael Franco ocuparon la ciudad de Machareti donde se izó la bandera paraguaya en un mástil próximo a la iglesia de la localidad. Los oficiales paraguayos disfrutaron de la comida allí: novillos, lechones y gallinas confiscados a los bolivianos.
La ocupación de esta localidad y de Boyuibe se ajustaba al plan de Franco, que pretendía cortar la comunicación entre el bastión de Villa Montes y la Cruz de la Sierra.
Habían caído en poder de los paraguayos, como en un efecto dominó, en aquellas fechas, Tiguipa Timboy Ñaincoranza. Unos días después, los paraguayos ocuparían Tarairi, a sólo veinte kilómetros de la amenazadaVilla Montes.
Franco sugirió entonces continuar el avance hacia Camiri para dejar a Villa Montes sin suministro de gasolina. El general Estigarribia, jefe supremo del ejército paraguayo no hizo caso a las razones de Franco y decidió atacar de inmediato Villa Montes, solicitándole una división y restando fuerzas al avance del Segundo Cuerpo de Ejército que por entonces ya había llevado la guerra a territorio boliviano.
De Machareti los paraguayos trajeron como trofeo las campanas de la iglesia local, que fueron devueltas ocho décadas después de finalizada la contienda. Durante ese extenso lapso, las campanas de Machareti que fueron trasladadas desde Bolivia a Paraguay, doblaron por los fieles paraguayos hasta que en el año 2007 se devolvió la primera campana, y una segunda en el año 2015. En una guerra donde capellanes de ambos ejércitos oraban por la victoria al mismo Dios, poco importaría el lugar en el mapa que correspondería a las campanas del mismo culto que profesaban los creyentes de ambos países beligerantes.
En celebración de los noventa años del cese del fuego entre Paraguay y Bolivia, una delegación de la Academia de Historia Militar del Paraguay, invitada por la Asamblea Cívica permanente de Bolivia, se dispone a visitar los pueblos bolivianos que en su momento, fueron escenarios de proezas bélicas en una guerra absurda.
Las itinerantes campanas de Machareti, rememoran el contrasentido de preguntarse por quién doblan las campanas, que no discriminan nacionalidades ni conocen de efímera gloria militar alguna. Hoy solo pueden llamar a la reconciliación de dos pueblos unidos por un trágico episodio histórico en común, como solo los muertos ven el final de la guerra. LAW
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