Al menos 19 personas han muerto y decenas han resultado heridas este lunes por la explosión de un coche bomba a las afueras de la ciudad de Manbij, situada en la provincia de Alepo, en el norte de Siria y escenario de un recrudecimiento de los enfrentamientos entre las milicias respaldadas por Turquía y grupos armados kurdo-árabes. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres e informantes en el país, ha indicado que otras doce personas, entre ellas varios menores, han resultado también heridas. Previamente, la Defensa Civil Siria, conocida popularmente como Cascos Blancos, ha confirmado en un comunicado la presencia de quince víctimas mortales en una "masacre terrible". Así, ha señalado que se trata de 14 mujeres y un hombre, todos ellos trabajadores agrícolas. En este sentido, ha explicado que la gran mayoría de las víctimas se encontraban cerca del vehículo en el momento de la explosión, que ha tenido lugar en "áreas bajo el control del Ejército Nacional Sirio", y ha alertado de que la cifra de muertos podría seguir aumentando. "Los equipos de emergencias se han trasladado a la zona para atender a los heridos y se han topado con escenas de caos y pánico. Se trata de la sexta explosión de este tipo que tiene lugar recientemente en zonas bajo control de milicias proturcas", recoge el texto. Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del atentado registrado en el sur de la ciudad, que se encuentra a tan solo 35 kilómetros de la frontera con Turquía. Manbij cayó en manos del Ejército Nacional Sirio poco después de la extinción del régimen de Bashar al Assad tras la ofensiva relámpago llevada a cabo a principios de diciembre por grupos rebeldes y yihadistas. Las nuevas autoridades sirias acusan de esta clase de ataques a las milicias kurdas-árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que a su vez desmienten estas acusaciones y responsabilizan a los Cascos Blancos de orquestar una ola de intoxicación informativa contra el grupo.
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