La Asamblea Nacional francesa ha rechazado este lunes la tercera moción de censura promovida desde la izquierda contra el Gobierno de François Bayrou, que ha vuelto a activar la prerrogativa constitucional que le permite sacar adelante sin votación propuestas legislativas para completar los trámites sobre el presupuesto de la Seguridad Social. Bayrou ya había solventado la semana pasada otras dos mociones, una de ellas vinculada a la aprobación de los presupuestos generales. La propuesta relativa a la Seguridad Social se ha dividido en tres partes, cada una de las cuales ha implicado la activación del artículo 49.3 de la Constitución, la última de ellas este mismo lunes, con lo que se votará una nueva moción de censura el martes. Esta prerrogativa abre la puerta a que la oposición presente mociones de censura, una posibilidad que La Francia Insumisa (LFI) ha aprovechado en todas las ocasiones. Sin embargo, el partido de Jean-Luc Mélenchon sigue sin sumar los apoyos suficientes y su iniciativa ha recabado este lunes 115 apoyos, lejos de los 289 necesarios para tumbar al Ejecutivo. Lejos queda, por tanto, el consenso de diciembre, cuando la izquierda en bloque y la ultraderecha se aliaron para que cayese el Gobierno de Michel Barnier. El Partido Socialista ha optado por la abstención en las últimas votaciones, lo que 'de facto' le ha distanciado del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierdas. El líder socialista, Olivier Faure, ha vuelto a justificar esta posición, en una entrevista a la cadena BFM TV en la que ha alegado giro político alguno: "No me he vuelto de derechas de la noche a la mañana". En este sentido, ha indicado que permitir la aprobación del presupuesto "no debería entenderse como un apoyo a todas las acciones del Gobierno". Sin embargo, el diputado socialista Jerome Gudej ha asegurado desde la tribuna de la Asamblea Nacional que su partido presentará una moción de censura el próximo 19 de febrero con el objetivo de mostrar su desacuerdo por unas declaraciones "trumpistas" de Bayrou en las que reconoce "un sentimiento de inmersión" por la inmigración en el país. A pesar de este paso adelante contra el Gobierno por parte del Partido Socialista, alguno de sus diputados, como el expresidente François Hollande, han asegurado que el objetivo no es tanto tumbar el Ejecutivo de Bayrou, sino cuestionar sus polémicas declaraciones en materia migratoria.
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