Un tribunal pone bajo arresto domiciliario a dos libreros palestinos detenidos por la Policía de Israel

Ordena su liberación tras su detención en una destacada librería de Jerusalén Este, sin que por ahora hayan sido imputados

Un tribunal de Israel ha ordenado este martes la liberación de dos libreros detenidos el domingo tras una redada en una destacada librería de Jerusalén Este, si bien ha ordenado que permanezcan bajo arresto domiciliario durante un periodo de cinco días, sin que por ahora se hayan presentado cargos contra ellos.

La Policía israelí detuvo a Ahmad y Mahmud Muna, propietarios de la librería Educational Bookshop, por supuestamente vender libros que "contenían incitación y apoyo al terrorismo", incluido un libro infantil para colorear titulado 'Desde el río hasta el mar'.

Tras su liberación, Ahmad ha indicado en declaraciones concedidas al diario 'The Times of Israel' que fue "un arresto brutal, duro", antes de especificar que ambos tienen prohibido acudir a la librería durante un periodo de 20 días.

La Policía había reclamado que ambos permanecieran bajo custodia durante ocho días, si bien el tribunal concedió el lunes una extensión de la detención durante un día y este martes ha ordenado su liberación.

La librería Educational Bookshop fue fundada en 1984 y en la actualidad organiza presentaciones de libros, coloquios, emisiones de películas y otras actividades culturales, según recoge en su página web, donde destaca que "es una librería bien establecida centrada en la cultura de Oriente Próximo y el conflicto árabe-israelí".

"Los libros son en general sobre investigación y publicados por instituciones muy respetadas y editores de todo el mundo. Nuestra colección de libros incluye también una selección de literatura árabe, guías, diccionarios y libros de texto de árabe", afirma, antes de agregar que también vende mapas, revistas y periódicos.

El suceso tiene lugar una semana después de que las fuerzas de seguridad israelíes cerraran una librería en el mercado de Jan al Zeit, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y detuvieran a su propietario, Hisham al Akramaui, también con el argumento de que vendía libros con contenidos incendiarios.