MADRID, 18 (OTR/PRESS) El principal problema de Donald Trump es que se comporta cual elefante en cacharrería, con perdón de los elefantes, y peca de zafiedad en su manera de dirigirse a los demás gobernantes y países. Pero si no nos dejamos llevar por la animadversión que despierta el personaje, entonces tendremos que admitir que ya "san" Barack Obama dejó dicho a sus aliados europeos que tenían que empezar a pensar y poner en marcha los mecanismos para que la Vieja Europa, esa que se ha aglutinando en la Unión Europea, tenga mecanismos propios de defensa. Para eso, la Unión Europea tiene que invertir en Defensa, así de simple y así de claro. Lo contrario es esperar a que, en caso de conflicto, venga el primo de Zumosol, es decir, Estados Unidos, a protegernos. La diferencia entre lo dicho por Trump y lo dicho por Obama y Joe Biden no es tanto el contenido como las "formas". Así que me parece que la UE no puede hacerse de nuevas ante la política Trump que, en este capítulo al menos, coincide con la de sus antecesores en la Casa Blanca, los dos últimos presidentes demócratas. En mi opinión, es un poco impostada la pataleta de algunos gobernantes europeos porque Estados Unidos recomienda a Europa que ponga en marcha una "defensa" común. Trump no ha dicho que vaya a sacar a su país de la OTAN, ni que vaya a eludir sus responsabilidades de defensa, tan solo, insisto, con esa zafiedad que le caracteriza, ha metido el dedo en los ojos de los gobernantes europeos diciéndoles que empiecen a corresponsabilizarse de su propia defensa, porque Estados Unidos tiene sus propios problemas en el Pacífico. Léase el liderazgo de China. De manera que no me encuentro entre quienes consideran la "cumbre" de París como un fiasco. El presidente Macron invitó a sus "pares" a tratar sobre la situación que se está viviendo en Europa después de que Trump pidiera que los países europeos empiecen a organizar sus propios mecanismos de Defensa. Y les diré que no me parece un fiasco porque todo lo que sea "hablar" y "contrastar pareceres" es el único camino para encontrar solución a los problemas. Otra cosa es que las declaraciones rimbombantes de los líderes europeos respecto a Ucrania, por lo menos a mi, me suenan impostadas. Hasta ahora, ningún dirigente europeo ha sido capaz de poner encima de la mesa ningún plan de paz y se dedican a gastar palabras y más palabras repitiendo que Ucrania debía salir ganadora de la guerra. Sin duda, eso sería lo justo puesto que es el país "invadido", pero me temo que la justicia y la política no suelen ir de la mano en situaciones como esta. Estoy segura de que ninguno de los dirigentes europeos, tampoco Pedro Sánchez, se han creído nunca, que podían torcer el brazo a Rusia. A los líderes de la UE se les viene llenando la boca diciendo lo mucho que apoyan a Ucrania, y sí, han enviado armamento y dinero, pero los muertos son ucranianos y lo seguirán siendo dure lo que dure este conflicto. Toda una generación de jóvenes ucranianos ha perdido la vida en el campo de batalla. También hombres peinando canas acuden al frente para ocupar el lugar de sus hijos muertos. Hay niños ucranianos desplazados por toda Europa. Mujeres a las que se les han gastado las lágrimas de tanto enterrar a los suyos. Y mientras tanto los dirigentes europeos pidiendo que los ucranianos sigan dando hasta la última gota de sangre. Y en eso ha llegado Trump con un plan bajo el brazo. Como los europeos somos así, primero el enfado porque el nuevo presidente, siguiendo la estela de sus antecesores en el cargo, recomienda a la UE que espabile y tenga de una vez por todas una política de defensa propia. En segundo lugar, el clamor contra la decisión de Trump de hablar directamente con Putin y empezar a desbrozar un posible acuerdo para que termine la guerra. Enseguida las quejas: o Putin se rinde o no hay nada que negociar, pero eso sí, los muertos los sigue poniendo Ucrania. Otra queja: la UE tiene que tener presencia en la negociación. Y en mi opinión, lo relevante, lo necesario, es que en esa mesa de negociación se sienten los representantes de Ucrania. Ni Estados Unidos ni Rusia están legitimados para negociar sin Ucrania. Y eso terminará sucediendo, si es que entre unos y otros, no terminan cegando la posibilidad de, al menos, intentar negociar. De ahí que las conversaciones en Riad puedan ser un "paso" que ojalá conduzcan a alguna salida,y para eso, hay que insistir, Ucrania tiene que tener una silla en la mesa negociadora. Rusia nunca debió de invadir Ucrania, no hay justificación a esa invasión aunque sí explicaciones múltiples. Rusia no quería sentir el aliento de la OTAN en su frontera. Y ese era un acuerdo al que en su día, cuando "cayó" el Muro, los países occidentales llegaron con Gorbachov. ¿Quién alimentó las manifestaciones del Maidan? ¿Quién pagó esos vídeos dramáticos y tan bien realizados que se vieron en las televisiones de todo el mundo? Sí, se echó mucha leña al fuego y Vladimir Putin terminó haciéndose cargo de que estallara un incendio cuyas consecuencias se cuentan en muertos. Ucrania no puede perder la guerra, aseguran los líderes de la UE. La pregunta es: ¿Ucrania puede ganarla? Ojalá la Unión Europea tuviera un plan factible para acabar con la guerra, un plan para que Ucrania salga al menos con la cabeza alta, un plan en el que no imperen los egos sino el realismo, un plan en definitiva para que no haya ni un muerto más. Por ejemplo, Ucrania podría y debería entrar a formar parte de la Unión Europea. ¿Por qué los engolados líderes europeos no han abierto esa puerta y se empeñan en entreabrir la de la OTAN? Hipócritas. Hasta ahora no hemos escuchado a ningún dirigente europeo esbozar un plan, solo escuchamos discursos rimbombantes y vacíos, mientras Ucrania sigue poniendo los muertos.
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