MADRID, 7 (OTR/PRESS) Cuando se traspasen las competencias de aduanas a los Mozos de Escuadra parece bastante probable que el aeropuerto del Prat pueda convertirse en el lugar preferido por los terroristas para introducirse en la Unión Europea. No se trata de una recomendación, sino de una deducción, porque los terroristas son asesinos, carecen de piedad, y no le dan ningún valor a la vida humana, pero no son tontos, y la noticia de que un cuerpo policial, sin experiencia, va a hacerse cargo del control de parte de las fronteras de un país de la Unión Europea, hará que prefieran entrar por Barcelona antes que intentarlo por Partís, Roma o Frankfurt. Esto no es una crítica a la falta de preparación o inteligencia de los mozos de Escuadra, sino una consecuencia lógica de su falta de experiencia. Es como si al personal de hostelería de una cafetería burguesa -especializada en tortitas de nata, infusiones y café con leche- la trasladas a un bar nocturno donde predomina el consumo de alcohol y sus cócteles. Es muy probable que, con el paso del tiempo, en dos o tres años, convertidos en veteranos del control de fronteras, los mozos de Escuadra pasen de aprendices a veteranos, pero en este primer tiempo el terrorismo internacional pondrá sus ojos en Cataluña, como paso previo para trasladarse, con toda comodidad, por la Unión Europea. Ya hay antecedentes. Los autores del atentado de las Ramblas en 2017 -donde murieron 13 personas y quedaron heridas más de un centenar- habían llevado a cabo excursiones profesionales a París, donde investigaron la manera de derribar la torre Eiffel. Barcelona es un punto cómodo para formar una célula que se proyecte sobre cualquier país de la Unión Europea, y la nueva normativa, que pone de controladores a unos inexpertos, convierte a Cataluña en el sitio más cómodo para penetrar en la Unión Europea. El ministro de Interior, que aseguró en sede parlamentaria que el control de fronteras era una materia exclusivamente estatal, no ha aparecido ni siquiera para intentar explicar su falta de palabra y de honor. Eso sí, puede que en la Unión Europea, especialmente sensibles a la seguridad con la guerra de Ucrania por medio, pidan explicaciones a España por esta peligrosa frivolidad del único Gobierno europeo que obedece los caprichos de un prófugo de la Justicia.
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