La Organización de Naciones Unidas ha intensificado sus mecanismos de emergencia con una dotación de cinco millones de dólares (unos 4,6 millones de euros) para el Fondo Central para la Respuesta a Emergencias con el fin de "apoyar la asistencia vital" en Birmania y Tailandia, tras el terremoto de 7,7 desatado esta mañana en el centro del país que ha dejado ya al menos 696 muertos y 1.670 heridos solo en territorio birmano, según la junta militar del país. Así lo ha informado este viernes el jefe de asuntos humanitarios de la organización, Tom Fletcher, quien ha afirmado que los equipos de la ONU en la región están "respondiendo rápidamente". Desde la organización han dicho además estar recabando información sobre el terreno "sobre las personas afectadas, los daños a la infraestructura y las necesidades humanitarias inmediatas para orientar su respuesta" y han aseverado que compartirán más información "a medida que esté disponible". En este contexto, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha subrayado que un cuarto de la población birmana se enfrenta ya a "una grave inseguridad alimentaria". "Birmania simplemente no puede permitirse otro desastre", ha alertado la directora adjunta de este organismo en el país, Sheela Matthew. Previamente, Naciones Unidas, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y las principales ONG humanitarias habían activado sus mecanismos de respuesta de emergencia ante el terremoto, que se ha dejado sentir también en China. A las pocas horas del seísmo, los equipos de la ONU se han puesto en marcha "apoyados por la experiencia de toda la red global", indicando que no descartaban la movilización del Fondo Central para la Ayuda de Emergencia de la organización, como han terminado haciendo. El seísmo de este viernes se ha producido en un contexto de inestabilidad, derivado de la guerra civil de la que el país es testigo desde el golpe militar de hace más de cuatro años. Así las cosas, Naciones Unidas estima que alrededor de 20 millones de personas --un tercio de la población-- necesitarán asistencia humanitaria este año y alrededor de 15 millones de birmanos se enfrentarán a una inseguridad alimentaria aguda a lo largo de este 2025.
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