Qasem avisa al presidente Aoun que un desarme haría "un favor" a Israel y abre un debate sobre una "estrategia defensiva integrada"
El secretario general del partido milicia chií Hezbolá, Naim Qasem, ha avisado al Gobierno libanés que el grupo no entregará las armas y ha apostado en su lugar por la confección de una "estrategia defensiva integrada" con el Ejército libanés. El presidente del país, Joseph Aoun, anunció la semana pasada que había tomado la decisión de garantizar que el Estado se hiciera con el monopolio de las armas para consolidar el precario alto el fuego existente con Israel desde noviembre. Aoun recordó que esta petición está amparada en la resolución 1701 de la ONU adoptado en 2006 tras la anterior guerra entre Hezbolá e Israel, donde queda subrayado que "no habrá armas sin el consentimiento del gobierno libanés ni otra autoridad que la del gobierno libanés". Israel ha proseguido de todas formas con sus ataques contra, explican los militares, operativos de Hezbolá que estaban violando el cese de hostilidades. Más de 140 personas han muerto en estos ataques desde el alto el fuego. "Desarmar a Hezbolá por la fuerza equivaldría a hacerle un favor al enemigo", ha explicado Qasem en un discurso pronunciado este pasado viernes, en el que ha planteado una estrategia de defensa "basada en el poder del país, los medios para fortalecer el ejército y aprovechar la resistencia y sus armas, pero no bajo la presión de la ocupación". "Primero veamos cómo Israel respeta el acuerdo, cómo cesa sus ataques y sus violaciones aéreas, y luego podremos discutir las demás cláusulas de la resolución 1701", ha protestado Qasem durante su comparecencia, recogida por los medios libaneses, antes de insistir que un desarme del grupo "permitiría a Israel entrar en todo el país".
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