Hélène Perlant, la hija mayor del actual primer ministro de Francia, François Bayrou, ha denunciado que a los 14 años fue víctima de violencia física durante un campamento de verano organizado por la misma congregación religiosa que dirige el colegio de Nuestra Señora de Bétharram, en el que cual se habrían producido numerosos casos de abusos sexuales entre los años 70 y 90. La hija del mandatario francés ha relatado que en su adolescencia fue enviada un verano a un campamento en los Pirineos en el que uno de los adultos responsables de las actividades, el padre Lariguet --fallecido en el año 2000--, le dio "puñetazos y patadas por todo el cuerpo". Perlant ha señalado que nunca informó a sus padres de aquel episodio por la actividad política de Bayrou. El actual jefe de Gobierno galo participa en política desde 1986, cuando fue elegido como diputado en la Asamblea Nacional. Desde entonces ha ocupado diferentes puestos en la administración francesa, incluido el de ministro de Educación (1993-1997) y desde 2014 el de alcalde de la ciudad de Pau, un cargo que ahora compagina con el de primer ministro. Perlant ha aseverado que ha "guardado silencio durante 30 años" probablemente para "proteger" a su padre. "Quizás quise proteger a mi padre, inconscientemente, creo, de los golpes políticos que recibía a nivel local", ha señalado la hija de Bayrou durante una entrevista para la revista semanal francesa 'Paris Match' en la que ha añadido que su padre "no sabe" que ella es una víctima y que va a declarar como tal. Su testimonio forma parte del libro 'El Silencio de Bétharram', que recoge las vivencias de algunos de los denunciantes por los casos de abusos sexuales ocurridos en el colegio Nuestra Señora de Bétharram y que ahora, de algún modo, han salpicado al propio Bayrou, a quien algunos sectores acusan de conocer los hechos y silenciarlos durante su etapa al frente del Ministerio de Educación, si bien él lo niega rotundamente. Sobre el testimonio de su hija, del cual se ha enterado por la prensa, Bayrou ha aseverado que le "apuñala el corazón" y le duele no solo como padre, sino también como funcionario público que, más allá de su hija, piensa en el daño ocasionado a todas las presuntas víctimas. El jefe de Gobierno galo ha señalado que se comunica "muy a menudo" con su hija pero que "nunca" le había hablado de este episodio.
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