MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
El mar Mediterráneo es la zona marina con mayores tasas de mercurio en atunes rojos, una especie migratoria de larga vida que acumula ese metal en su organismo a medida que envejece, por lo cual puede usarse como patrón global del riesgo que supone el mercurio para la vida oceánica y la salud humana.
Así se desprende de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Rutgers-New Brunswick y la Universidad de California en Santa Cruz (Estados Unidos), así como la Universidad Nacional de Taiwán y publicado en la revista ‘PNAS’.
El atún rojo, una de las especies de peces más grandes y rápidas de la Tierra, está ampliamente distribuido en los océanos del mundo, pero la sobrepesca por la demanda de los consumidores ha agotado gravemente sus poblaciones.
También tiene altas concentraciones de metilmercurio neurotóxico en sus tejidos musculares, que aumenta con la edad. Se trata de una forma de mercurio que aparece en las redes tróficas acuáticas, lo que resulta en concentraciones neurotóxicas en la carne de atún rojo que a menudo exceden los niveles seguros para el consumo humano.
Varias especies de atún se han propuesto como bioindicadores de los cambios en la contaminación por mercurio en los océanos, pero las comparaciones directas de las concentraciones de mercurio en el tejido de los peces a través del espacio y el tiempo son difíciles porque, además de las diferencias taxonómicas, los niveles de ese metal en los peces marinos se ven afectados por la edad, el tamaño, la posición en la red alimentaria y el tipo y la abundancia de presas, que varían según las condiciones ambientales locales y mundiales.
Para abordar estos problemas y proporcionar una base estándar de comparación para la contaminación por mercurio en los océanos del mundo, los investigadores compararon los cambios en la concentración de mercurio muscular entre las especies de atún rojo de cuatro subcuencas oceánicas diferentes.
TRES ESPECIES
Hay tres especies de atún rojo: del Atlántico (el más grande y más amenazado), del Pacífico y del sur. La mayoría de las capturas de atún rojo del Atlántico proceden del mar Mediterráneo, que es el caladero de atún rojo más importante del mundo.
Tras una revisión exhaustiva de estudios previos y análisis de mercurio en muestras de tejido muscular de 1998 a 2019, los investigadores encontraron que las tasas de acumulación de mercurio en el atún rojo son más altas en el Mediterráneo y disminuyen en el norte del Pacífico, el Índico y el Atlántico Norte.
Los patrones globales observados corresponden a los niveles de mercurio en cada subcuenca oceánica, pues el Mediterráneo, el Pacífico norte y el Índico están sujetos a procesos naturales como la lixiviación de mercurio de las rocas y a la contaminación humana por la minería de metales, la fundición y la quema de combustibles fósiles, mientras que el Atlántico Norte lo está menos.
"Nuestro estudio muestra que las tasas de acumulación de mercurio en el atún rojo pueden usarse como un índice de contaminación global que puede revelar patrones de contaminación por mercurio y biodisponibilidad en los océanos, emisiones naturales y humanas causadas y características ambientales regionales", apunta John Reinfelder, profesor del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Rutgers-New Brunswick y coautor del estudio.
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