MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) considera positiva la aportación de las personas migrantes al mercado de trabajo, un colectivo de 4,2 millones de personas que se concentra en 15 ocupaciones que, en líneas generales, cuentan con salarios más bajos que la media.
Esta es una de las conclusiones del Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo elaborado junto a BBVA Research con la colaboración de Sagardoy Abogados, presentado en rueda de prensa por el responsable de análisis económico de BBVA Research, Rafael Doménech, y el investigador asociado de Fedea Florentino Felgueroso.
El estudio señala que el crecimiento reciente de la población activa en España se explica por la nueva incorporación masiva de inmigrantes al mercado de trabajo, mientras que la contribución de las mujeres nativas se ha estabilizado. El aumento anual promedio de la ocupación de personas con nacionalidad extranjera desde 2021 supera al que tuvo lugar entre 2000 y 2008, durante la expansión inmobiliaria.
En concreto, la mitad de los 4,2 millones de ocupados con nacionalidad extranjera se agrupa en quince ocupaciones, siendo los empleados domésticos, camareros asalariados y personal de limpieza las ocupaciones con mayor peso. Representan un 18% del empleo de este colectivo.
La concentración ocupacional es más acusada entre las mujeres inmigrantes. El 63% de las trabajadoras de nacionalidad extranjera se concentra en 15 ocupaciones. Empleadas domésticas, camareras asalariadas y personal de limpieza representan el 30% de las ocupadas con nacionalidad extranjera.
A pesar de esta concentración de buena parte de los trabajadores inmigrantes en empleos poco cualificados, el nuevo proceso de incorporación de inmigrantes al mercado de trabajo español se está produciendo con menores tasas de segregación ocupacional que las registradas antes de la Gran Recesión, tanto para los hombres como para las mujeres. Este hecho se debe, según el estudio presentado este jueves, a que se está produciendo un aumento de la participación de los inmigrantes en prácticamente todas las ocupaciones.
Con todo, el Observatorio precisa que las últimas cohortes de inmigrantes presentan, además, una menor segregación ocupacional que la de los llegados hace más de una década y que la que tienen actualmente los que permanecieron en España desde entonces.
En este apartado, Florentino Felgueroso alertó de que sin la población migrante hay muchos puestos de trabajo y necesidades de carácter social que “no se podrían cubrir”, aludiendo a la construcción o a las tareas de cuidados.
Por su parte, la economista de Fedea Raquel Carrasco calificó de “excesiva” la preocupación que manifiesta la población española por la inmigración, de acuerdo con los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Al respecto, sostuvo que estas cifras “tan escandalosas” responden a desinformación sobre la aportación de la población migrante.
En cuanto a sus condiciones laborales, Carrasco comentó que en datos brutos ganan en torno a un 30% menos que los empleados nativos, lo que se debe a que son más jóvenes, tienen menos experiencia y trabajan en sectores de sueldos más inferiores.
Asimismo, expuso que la diferencia preocupante es “la calidad del empleo” y no la cantidad del mismo pues, por ejemplo, las mujeres latinoamericanas presentan tasas de actividad superiores que las españolas a los cinco años de haber llegado al país. En la misma línea, apuntó que a los cinco años de vivir en España, las tasas de desempleo tienden a converger e, incluso, los hombres migrantes están menos tiempo en paro que los nacionales.
También resaltó la “evidencia muy sólida” que existe acerca de que “no hay un impacto negativo” en el empleo nativo por el hecho de la incorporación al mercado laboral de trabajadores foráneos.
De su lado, el economista principal de BBVA Research, Juan Ramón García López, se preguntó si “la narrativa negativa” contra la inmigración tiene un mayor peso en los medios y ello hace que exista rechazo social a este fenómeno.
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