MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
El liderazgo distribuido en las escuelas es una clave para fortalecer la democracia en América Latina. Por ello, el 83% de los países de la zona exige la inclusión de alumnos y padres en los consejos de gestión escolar.
Así lo concluye el informe 'Liderar para la democracia' elaborado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y Cultura (OEI) y la Unesco, en base al Informe de seguimiento de la educación en el mundo de esta última. El trabajo 'Liderar para la democracia' pone el foco en el liderazgo distribuido en las escuelas, una forma activa de educación cívica mediante la cual los directores de escuela aprovechan la experiencia colectiva de la comunidad escolar para establecer y alcanzar objetivos compartidos.
El informe, que se presentará entre este miércoles y mañana en Bogotá (Colombia), hace un llamamiento a que se fomente el liderazgo distribuido, partiendo de las prácticas que ya están adoptando muchas escuelas por iniciativa propia, reunidas en este estudio elaborado en colaboración con 18 países de la región, y en el que se demuestran las ventajas de este enfoque para reforzar la participación de profesores, alumnos y padres y fomentar su responsabilidad colectiva.
Asimismo, hizo un llamado a dar mayor reconocimiento a la importancia del liderazgo distribuido en las políticas y normativas educativas nacionales y subnacionales. En ese sentido, sólo tres países se refieren explícitamente al liderazgo distribuido en la legislación, los reglamentos o las políticas. Además, las menciones explícitas al liderazgo democrático no prevalecen en las definiciones de los países sobre las funciones de los líderes escolares, idea que, por otra parte, se encuentra "rara vez" en las evaluaciones de los directores: sólo seis países toman en cuenta la participación de los interesados en la escuela.
Igualmente, sólo tres países de la región promueven el liderazgo distribuido o enfoques similares en los programas de formación de líderes escolares. Aunque hay un retraso político en el apoyo manifiesto al liderazgo distribuido, todos los países de la región tienen normativas que obligan a los profesores a participar en los consejos de dirección de los centros, y dos de cada tres directores de la región afirman que promueven la colaboración de los profesores en su trabajo, según concluye también el análisis.
El trabajo pone el foco también en que apoyar a los sistemas educativos para que promuevan la colaboración también requiere dotar a los directores de los centros de suficiente autonomía. En América Latina, el poder de decisión se delega principalmente en el caso de la elaboración de planes de mejora escolar y, en cierta medida, en las decisiones sobre desarrollo profesional, disciplina, currículo y pedagogía, pero no en la gestión del personal.
En este aspecto, un cambio hacia el liderazgo distribuido también requerirá asegurarse de que los procesos de contratación de directores sean meritocráticos. El informe destaca que cinco países siguen nombrando a algunos directores mediante invitaciones personales o concursos cerrados y cita pruebas que demuestran que los directores elegidos tras un proceso competitivo tienen mejores aptitudes de gestión que los elegidos por el personal técnico o los políticos.
El director del Informe de seguimiento de la educación en el mundo, Manos Antoninis, explicó que los líderes escolares "no pueden hacerlo todo por sí solos". Hay que "ayudarles a movilizar" la experiencia colectiva de su comunidad y a implicar a sus miembros en la toma de decisiones es una "poderosa palanca" para mejorar los resultados educativos. La tarea ahora es "trasladar este potencial de la teoría y la política a la práctica generalizada".
|