MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
Una 'hormiga del infierno' de 113 millones de años que vivió en el noreste de Brasil es ahora el ejemplar de hormiga más antiguo conocido por la ciencia.
Así lo explica un equipo de cinco investigadores de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) en un estudio publicado este jueves en la revista 'Current Biology'.
La hormiga, preservada en piedra caliza, pertenece a la subfamilia 'Haidomyrmecinae', una subfamilia extinta que solo vivió durante el Cretácico. Esos animales poseían mandíbulas altamente especializadas, similares a guadañas, que probablemente utilizaban para clavar o empalar a sus presas.
"Nuestro equipo ha descubierto una nueva especie de hormiga fósil que representa el registro geológico indiscutible más antiguo de hormigas", según Anderson Lepeco, del Museo de Zoología de la Universidad de Sao Paulo.
Lepeco añade: "Lo que hace que este descubrimiento sea particularmente interesante es que pertenece a la extinta 'hormiga del infierno', conocida por sus extrañas adaptaciones depredadoras. A pesar de pertenecer a un linaje antiguo, esta especie ya presentaba características anatómicas altamente especializadas, lo que sugiere comportamientos de caza únicos".
El descubrimiento del fósil de hormiga desafía la comprensión humana de la evolución y la biogeografía de las hormigas a lo largo del tiempo, según los investigadores.
Las hormigas más antiguas se encontraron en Francia y Birmania, y se conservaron en ámbar en lugar de piedra caliza.
AMPLIA DISTRIBUCIÓN
La existencia de una 'hormiga del infierno' en Brasil demuestra que las hormigas ya estaban ampliamente distribuidas y diversificadas en las primeras etapas de su evolución. "Si bien se han descrito hormigas del infierno a partir del ámbar, esta fue la primera vez que pudimos visualizarlas en un fósil de roca", apunta Lepeco.
Los investigadores descubrieron el ejemplan de hormiga, notablemente bien conservado, durante el examen sistemático de una de las colecciones de insectos fósiles más grandes del mundo, procedente de la Formación Crato, un yacimiento reconocido por su buena conservación de fósiles. La colección se encuentra en el Museo de Zoología de la Universidad de Sao Paulo.
"Cuando encontré este extraordinario espécimen, reconocimos de inmediato su importancia, no solo como una nueva especie, sino también como la posible evidencia definitiva de la presencia de hormigas en la Formación Crato", recalca Lepeco.
Este autor indica que el hallazgo resalta "la importancia de examinar exhaustivamente las colecciones existentes, tanto privadas como en museos, y pone de relieve la paleontología brasileña y la fauna de insectos fósiles poco explorada del país".
MORFOLOGÍA
La microtomografía computarizada (una técnica de imágenes 3D que utiliza rayos X para visualizar el interior de un objeto, o de una hormiga en este caso) demostró que la hormiga recién descubierta estaba estrechamente emparentada con las 'hormigas del infierno', conocidas previamente solo a partir de especímenes preservados en ámbar birmano (un tipo de ámbar hallado en Myanmar).
El hallazgo muestra que las hormigas estaban ampliamente distribuidas por todo el mundo y debieron haber cruzado repetidamente las masas continentales del Cretácico, según los autores. Pero lo que más sorprendió fueron las características especiales del insecto.
"Si bien esperábamos encontrar rasgos de hormiga infernal, nos impactaron las características de su aparato de alimentación", indica Lepeco.
A diferencia de las hormigas modernas con mandíbulas de movimiento lateral, esta especie poseía mandíbulas que se extendían paralelas a la cabeza y una proyección facial anterior a los ojos. Su intrincada morfología sugiere que esos insectos ya habían desarrollado estrategias depredadoras sofisticadas, significativamente diferentes a las de las hormigas modernas.
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