MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
Este lunes arranca en la Audiencia Nacional el juicio contra dos esposas de yihadistas repatriadas en enero de 2023 desde el norte de Siria, donde vivían con 13 menores que tenían a su cargo, nueve de los cuales era hijos suyos. La Fiscalía pide para ellas seis años de prisión por un delito de pertenencia a organización terrorista al considerarlas vinculadas a la Brigada Al Andalus del Estado Islámico.
Las dos mujeres y los niños fueron repatriados en enero de 2023 desde Siria. A ellas se les impuso prisión provisional y salieron en libertad con medidas cautelares en septiembre de 2024 hasta el momento en que se celebrara el juicio. El juez entendió que ya no existía riesgo de fuga y les impuso comparecencias semanales ante el juzgado, la retirada del pasaporte y la prohibición de salir de España.
La Fiscalía entiende que ambas mujeres se desplazaron voluntariamente junto a sus maridos a territorio sirio en 2014, en ese momento bajo control del Estado Islámico, cuyos postulados ya habían asumido cuando vivían en España.
El Ministerio Público considera que las investigadas "siempre mostraron su voluntad de ser miembros" del grupo terrorista y sólo "la completa pérdida de control territorial" en Siria e Irak, así como las condiciones de vida en el campo de acogida de Al Hawl, en el este de Siria, en el que vivían con sus hijos, fue el motivo de que quisieran ser repatriadas.
El escrito de acusación relata cómo el reclutamiento de mujeres por el Estado Islámico es una línea estratégica esencial del grupo terrorista que se aseguraba así su futura supervivencia gracias a vínculos familiares y el adoctrinamiento de las siguientes generaciones de combatientes durante la crianza de los niños.
Según la Fiscalía, una tuvo un papel "destacado" entre las mujeres de la Brigada Al Andalus y estaba de acuerdo con su marido en desplazarse a Siria para reforzar ese incipiente Estado Islámico. La otra jugó un papel "clave" en la dinamización del grupo de mujeres con las que se relacionaba, así como en las labores de captación.
Durante su estancia en Siria, ambas "siguieron y asumieron el papel que la organización terrorista reserva para sus mujeres", principalmente centrado en las labores de adoctrinamiento en la educación de los menores. "Los menores era educados en escuelas administradas por Daesh cuya única asignatura era la religión", dice la Fiscalía en su escrito de acusación.
"Una vez socializados podían desempeñar varias funciones: espías, reclutadores, soldados, ejecutores o suicidas", añade el escrito. "Los niños, además de la educación ideológica y religiosa recibían entrenamiento físico preparatorio desde una edad temprana". A las niñas se las enseñaba a "cocinar, coser y cuidar de los niños".
La instrucción de los menores comenzaba sobre los nueve años y se extendía hasta los 15 y constaba de formación ideológica, militar y "habilidades de combate como artes marciales o autodefensa".
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