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Aurora Peregrina Varela Rodriguez
Nace en Caracas, Venezuela. Doctora en Ciencias de la Informacion. USC. 1998. Licenciada en Madrid en Imagen y Sonido. 1990. Colaboradora de revistas en Internet, como Horizonte de Letras o Arena y Cal. Colaboradora de Alerta Digital. Autora de los libros de poemas "Amaneciendo" y "Tsunami de rosas". |
Es una ladrona de hombres, que primero se fijan en mí, pero luego se van con ella.
Alquilé un piso a un hermano y nada hice, sólo abrí la puerta para que lo viesen y se lo quedaron. Con la crisis encima, acepté su invitación a comer para agradecerme mi éxito en el alquiler, nos bajaron el sueldo y la paga de diciembre será un 30% menor. Esta es la cometa de arena contra la que no se puede luchar.
Porque encontré unos ojos misericordiosos, porque aprendí a hablar con las flores...
Puedo hacerlo, con los ojos cerrados, ya lo veo... pues tu alma es tan blanca que más que verla la siento...
Si los he escrito yo, los libros que guardé mal, aunque con claro destinatario que no es ningún ser humano, y menos nadie que conozca que se aproveche de mi historia.
Sólo su recuerdo me hace sentir feliz, en un sueño me dijo "pronto estarás junto a mí" y es que me estaba llevando...
Pocha de oro negro... de cruel mirada cuando el hambre de triste sombra la invade, como Nanny es fiel llamando a su dueña.
Su mirada ya gris, sus huesos trabajados, su colita moviendo por estar a mi lado. Ese es mi perro...
Llevaré flores al muerto, el ser que en mí ha fallecido, se las llevaré al olvido pues él no está en un cementerio, está en mi cuerpo.
Creí que iba a irme contenta cuando la he visto a ella, linda gata de la calle, quien pudiera tenerla.
Tuve un profesor de matemáticas durante la primaria al que admiré como ser humano más que como profesor. Fue él quien me dio la mejor lección de vida, esa a la que recurres cada vez que hablas con tus conocidos, compañeros de trabajos, familiares lejanos o vecinos. Esa lección es muy sencilla: "no hay amigos, sino cómplices".
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