Alquilé un piso a un hermano y nada hice, sólo abrí la puerta para que lo viesen y se lo quedaron. Con la crisis encima, acepté su invitación a comer para agradecerme mi éxito en el alquiler, nos bajaron el sueldo y la paga de diciembre será un 30% menor. Esta es la cometa de arena contra la que no se puede luchar.
Ya me lo dijera Astrid, la astróloga que me predijo el destino, mucho trabajo y poco dinero, casarme no soñarlo, pocos amigos y un sueño... ay mi sueño de poder gritar “Libertad” a tiempo. Mi historia tuvo errores ortográficos y gramaticales que he heredado. Soy parte de ella y como ella estoy contaminada. Estoy acabada.
A pesar de todo y porque vivo, los libros que escribí son míos, no cedo derechos. Así como nadie hizo. Ochenta años yo muerta, aún no son de nadie.
En mi historia hay terremotos, calenturas y mucha tos. La misma que tengo yo.
Ahora que sé que soy de carne y hueso y que si me lastiman me hacen daño, ahora saldré poco de casa. Compraré alcohol, betadine y gasas. Porque soy capaz de sentir dolor físico y espiritual. Llevo mejor el segundo, porque soy buena psicóloga, socióloga y filósofa. ¿Quién da más? Soy la mejor de los tres campos, por eso soy melodía, colonia, belleza, transparencia, soltura, elegancia, humildad.
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