Es una ladrona de hombres,
que primero se fijan en mí, pero luego se van con ella.
Yo después les veo, desde mi ventana, por la calle van, las manos cogidas, la mirada amable, es igual que llueva o haga sol, allí van ellos hipnotizados, mientras yo.. me quedo en el abandono de una fría habitación.
Ella, se compra las cremas más caras para verse joven y bella, pero ya está bastante vieja.
Ella, que con su sonrisa y amabilidad, convence a esos hombres fáciles que mi prudencia, no pudo ni supo comprar.
Confieso que no supe cautivarles, que soy un poco distante, que esperaba demasiado de esos seres que tan poco son y que nada saben dar.
Con su comportamiento, han hecho sufrir a una verdadera dama.
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