| ||||||||||||||||||||||
Jesús Salamanca
La tronera
Jesús Salamanca Alonso nació en Arrabal de Portillo (Valladolid). Maestro. Licenciado en Historia por la UNED. Realiza el doctorado sobre "La cuestión Iglesia-Estado: impacto y reacción en Valladolid durante la Segunda República". Analista político, dedicado a la investigación sobre terrorismo, política y educación. Articulista desde hace veinte años. Colabora en Diario Siglo XXI, El Mundo-Diario de Valladolid, El Mundo-La Crónica de León, Diario Directo, Minuto Digital, Análisis Digital, Asturias Liberal, España Liberal, Foro Liberal, Castilla y León Liberal y Diario Liberal, entre otros. También colabora como firma invitada en Batiburrillo. Durante años ha colaborado en El Norte de Castilla, Escuela Española, Magisterio y diversas revistas locales, sindicales y de opinión.
Ha trabajado en la Obra de Protección de Menores, CENEBAD, Técnico Asesor en la Consejería de Educación de CyL, Asesor Técnico docente en la Dirección Provincial de Educación, sindicalista... Actualmente, además de numerosas colaboraciones diarias en medios de comunicación escritos, trabaja como profesor y director de Centro de EPA. |
![]() |
La imputada, Begoña Gómez, no sabe lo que es eso de enfrentarse en sala a un juez, un fiscal, abogados acusadores, abogado defensor, etc. Ha estado mimada y protegida hasta límites insospechados, tanto que se ha saltado cuantas líneas rojas ha encontrado. Pero debería saber que, si todo cerdo tiene su San Martín, todo mafioso acaba en la celda merecida tras sus corrompidas lágrimas de cocodrilo.
¿Quién se habrá creído que es este personaje malicioso y tramposo que presuntamente ha manipulado y vendido hasta programas y aplicaciones que no son suyas o ha puesto a su nombre lo que es de la Universidad Complutense? Da órdenes a la Justicia y trata al juez como si fuera un títere o su subordinado. ¿Se puede ser más ignorante y caradura? ¿Piensa devolver el dinero generado fraudulentamente al alumnado?
Desde el martes pasado, los jueces y tribunales tienen dos meses para aplicar esa brutal injusticia que llaman Ley de Amnistía. Tal plazo quedará paralizado si se eleva cualquier cuestión prejudicial al TJUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea). Puedo garantizar, y así lo hago, que cualquier español serio se avergonzará de gran parte del contenido a medida que avance en su lectura.
Ya tenemos en vigor la Ley de Amnistía. No se han atrevido a publicarla en el periodo comprendido entre su aprobación y la fecha de las elecciones europeas. Siempre pasa lo mismo; no hay puntada sin hilo del PSOE: desde que desapareció Felipe González de la escena política, las campañas electorales y las propias elecciones no han dejado de ser enrevesadas. Aquella limpieza de partido, institucional y personal de la transición ha pasado a la historia.
Cada vez que escribe una carta el tal Pedro Sánchez –mentiroso y fraudulento donde los haya– demuestra que su azotea no funciona bien: desprecia a la ciudadanía y demuestra características de psicópata, en palabras de Rosa Díez y Díaz Ayuso. Le salió bien la primera carta y cree que todas surtirán el mismo efecto: en Europa ya es el hazmerreír y está apartado de todos los círculos de poder y decisiones.
Óscar Puente, "El Cabreador". Llegó al Parlamento por los votos de sus fieles y del PSOE. Hasta ahí nada que objetar. Pero su 'fichaje' no fue por su valía, que nunca la ha demostrado, y muchos menos en «Pincia» donde se dejó «robar la cartera», del mismo modo que años antes él se la había robado al ínclito Francisco Javier León de la Riva. La unión de socialistas y comunistas aupó a Puente a la cabeza del Consistorio.
«Me gustaría saber cuántos diputados hay en la sala», preguntó Juan Carlos Unzué, exjugador de fútbol, y afectado por la Esclerosis lateral Amiotrófica. Debió preguntar que cuántos diputados estaban interesados en el tema por el que estaban allí, así como en redactar una ley que cubra la necesidad o necesidades de esos enfermos. Solo había cinco diputados; es decir, a los demás no parecía interesarlos el tema en cuestión porque no genera comisiones.
¡Cuánta dignidad han demostrado las esposas de los guardias civiles asesinados! ¡Cuánta valentía se reconoce a la Benemérita que fundara el Duque de Ahumada! ¡Qué siembra más fructífera y digna dejó aquella Santa Hermandad que fundaran los Reyes Católicos para vigilar los caminos y proteger a comerciantes y viandantes en general!
Temblamos por la acometida contra el Estado de derecho tras aprobarse la enmienda transacional sobre la enmienda de ERC. Con ello se modifica el artículo 2.d, se redefine el concepto de terrorismo y se modifica a antojo de JxCat el Capítulo II del Título XXII del Libro II del Código Penal. Se perdonan las conductas cometidas por los golpistas y los terroristas de los CDR. Lo firman todos los adocenados del Pacto Frankenstein. Lo adaptan a su conveniencia e inocencia.
En este país, caracterizado por la desigualdad que ha traído el actual Gobierno, la mentira que ha impuesto como moneda de curso diario y oficial y la invención de atropellos legislativos y ciudadanos que utilizan los bocachanclas del Gobierno… no se han preocupado de cuando a Felipe VI lo quemaban en forma de muñeco-pelele, ni cuando a Puigdemont lo saeteaban en las fiestas de algunos pueblos o lo representaban como pelele oficial para mofarse de él.
Las mentiras del presidente Sánchez, representado en el Pe-le-le que algunos energúmenos apalearon en Ferraz, ya no calan, ni siquiera en el pomposo Davos recientemente celebrado. Hoy Sánchez es un cero a la izquierda en la política europea, un «chuleta de sacristía», como demostró en su huida del Parlamento Europeo sin esperar a la contestación a sus vacías palabras. Tiene menos credibilidad que las muñecas de Famosa cuando se dirigen al Portal.
No dejan de mentir. Si hoy planchan huevos, mañana fríen corbatas. A eso lo llaman cambio de opinión. Para el Gobierno socialcomunista no existe la mentira; eso sí, la practican a diario, pero se la achacan al otro. Ellos dicen ser puros, limpios, transparentes y volcados con la ciudadanía; sin embargo, nunca más lejos de la realidad, hasta en eso mienten. ¡Caramba, qué tropa más desleal, indigna y vulgar!
|