José García Pérez

José García Pérez

El Copo

Mi nombre es José García Pérez, nacido en Melilla en 1936 y republicano de nacimiento. Estudié Magisterio y, más tarde, Ciencias de la Educación. Ejercí como maestro por tierras del Rif, donde viví la independencia de Marruecos, y en Dos Hermanas, Melilla, Cártama y Málaga. Desde distintos Movimientos Cristianos fui adquiriendo un compromiso temporal que desarrollé, principalmente, en Málaga.

Ello me llevó a presentarme por UCD en las elecciones de 1977 y 1979 en las que obtuve acta de Diputado Nacional. Viví muy de cerca la elaboración de la Constitución, el golpe de Estado del 23-F y el derrumbamiento de UCD. Durante cierto tiempo, pura cuestión idealista, estuve afiliado al entonces PSA, con esas siglas presente mi candidatura a la Alcaldía de Málaga.

Creo que fui yo el que dejé la política o bien pudiera ser que fuese ella la que me abandonó. Desde entonces dedico mi tiempo a escribir columnas, poesía y algún libro de vivencias políticas. Soy autor de 18 horas con Tejero; Andalucía: la decisión; El Copo; Silabario de amor; Inacabada ausencia; Donde el viento silba nácar.

En la actualidad soy Presidente de la Asociación Colegial de Escritores de Andalucía y Patrono de Fundación Unicaja, además de jubilado, lo que me salva.

José García Pérez

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Similitudes peligrosas

Hay una montada de mucho cuidado en las redes sociales por el logotipo del corazón que ha sacado “Podemos”

Comprenderán que me da exactamente igual los logos que usen los distintos partidos políticos para la eterna campaña que finalizará el próximo 26-J, pero hay ciertas similitudes en algunos de ellos con otros que aparecieron en otros países.

Proceso judicial y político en Andalucía

Los que sean juzgados por prevaricación si resultan culpables no tendrán pena de cárcel, pero sí de inhabilitación

Y de repente, aquello que era cosa de “cuatro golfos”, se ha convertido en un proceso judicial a la larga historia del PSOE en su forma de gobernar Andalucía, su granero de votos y que no dudo siga siéndolo.

Carta de un abuelo a su nieta

¿Y qué es tener mayoría de edad, niña Carmen?

Bueno, mi niña Carmen, has cumplido 18 años, o sea, según las leyes ya tienes mayoría de edad, y para más inri ha coincidido con el hecho de haber aprobado el Bachillerato y tener a tiro de piedra la Selectividad, qué bien.

De mi primo Antonio a Luis Guerrero

Mi primo Antonio, hijo del patrón de pesca conocido por “El Lajarín” y que fue condecorado con la Cruz del Mérito Civil por un salvamento marítimo en una perra tardenoche de levante melillense, era un “peladilla” de mucho cuidado.

Señor Iglesias: ¿Usted cree en Dios?

Por tierras de Sitges se han celebrado unas Jornadas del Círculo de Economía, flor y nata del Ibex, en la que han participado los líderes de los partidos políticos bajo la coordinación del señor Costas.

De política, nada de nada

Y yo que creía saber algo de política, me topo con la increíble realidad de ser un ignorante de la misma; no es que me avergüence de tal cuestión.

El desguace del viejo Toledo y …

A determinada edad, la mía podría ser, los días pesan en su transcurrir, los días y todo lo que les acompaña.

Abajo el telón

Sin que nos demos cuenta nos llega el verano y ese veintiséis de junio donde los españoles se juegan, según parece, el ser o no ser `por aquello del voto que los más atrevidos coloquen en las urnas de las voluntades personales.

Y todo esto, ya no es

Recordé que era domingo. Dejé todo a medio hacer y encaminé mi cuerpo hacia la gran duna roja de la playa donde el viento silba nácar.

De qué estoy escribiendo

Con el paso de los años se arruga la piel, pero no el alma. Y uno que no es de piedra, contempla muy especialmente sus manos repletas de arrugas y de verdes venas que parece van a estallar en cualquier instante.

De banderas, alcaldes y fútbol

El próximo domingo tendrá lugar la final de la Copa de Rey entre Barça y Sevilla FC, dos grandes del fútbol español.

No es cualquier día el de hoy

Hoy es un día cuyo único objetivo es pasarlo bien. Sí, ya sé que escribir de fútbol no parece objetivo claro de todo aquel que se dedica al incierto arte de escribir sobre lo divinamente humano o lo humanamente divino.