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Se salvó una crisis; y se constató que era un Real Madrid, nuevamente, inestable: defensa escasa y sin fluidez ofensiva (15 puntos en el tercer cuarto).
Los minutos siguientes dejaron un atasco de dimensiones descomunales en el Real Madrid: 9 puntos en poco más de 7 minutos.
Pero este pensamiento se diluye en cuanto confluyen el Real Madrid y el Barcelona.
Avalancha de puntos y baloncesto de altos vuelos. Así se resume el excelente encuentro trenzado por el Real Madrid. Con ello, obtuvo, no ya una victoria tan aplastante como convincente ante Fuenlabrada, sino la recompensa de defender su corona de campeón de la Supercopa de España.
De lo contrario, los elogios serían, y también deben ser pese a la derrota, para un inspirado Marinkovic (17 puntos) y Brock (10 puntos), los más destacados de un Valencia que sucumbió al talento del Barcelona.
El Valladolid se despojó de sus ataduras, al tenerlo todo perdido, y no sólo empató el encuentro (seis minutos después) sino que destapó que este Real Madrid aún tiene trabajo defensivo en el que mejorar.
El Barcelona conservaba su ritmo, de tener un encuentro físico y dosificando cuántos puntos se concedían; y el Real Madrid no alcanzaba a encontrar alternativas.
El Real Madrid tenía el triunfo en su bolsillo (74-46) y sólo fueron minutos para alguna que otra jugada de cierta brillantez (triples incluidos de Llull), administrar fuerzas y que el Valencia tratase de maquillar una derrota en números, porque en sensaciones era imposible.
Madrid coronó al Liverpool como nuevo campeón de Europa. Después de 1.099 días de reinado del Real Madrid (con cuatro trofeos en cinco ediciones), el Viejo Continente ve reinar a otro club con solera. El Liverpool alzó al cielo del Metropolitano su sexta Copa de Europa.
En cualquier caso, Madrid asistirá a la coronación del fútbol inglés, bien Liverpool o Tottenham, en el Metropolitano.
Por tercera vez en su carrera (ya ganó en 2011 y 2016), el serbio sitúa el Mutua Madrid Open en su prestigioso palmarés.
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