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A estas alturas de la película creo que nadie ignora por qué Pedro Sánchez tiene menos crédito que Irene Montero, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, juntos. Y es que su exceso de ambición y escasa inteligencia lo delata en cada declaración que hace. Él es consciente, además, de que puede ir a pocos lugares porque lo abuchean merecidamente.
Ya pasaron los siglos y agentes minúsculos generan enormes tribulaciones, en el plano corto de las actuaciones directas y en los efectos a distancia no siempre visibles.
La egolatría es su medida, la mentira, su artilugio y La Moncloa su refugio para medrar en la vida.
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