A estas alturas de la película creo que nadie ignora por qué Pedro Sánchez tiene menos crédito que Irene Montero, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, juntos. Y es que su exceso de ambición y escasa inteligencia lo delata en cada declaración que hace. Él es consciente, además, de que puede ir a pocos lugares porque lo abuchean merecidamente.
Hace unos días fue a dar un mitin a la caseta municipal de Dos Hermanas, último reducto del sanchismo, y se notó su falta de agilidad y exceso de soberbia. Pienso que hasta su fiel auditorio (al oír sus mentirosas autocomplacencias) se sentía engañado, porque las trolas de este tramposo resultan ya “indigeribles”. Tan torpe se encontraba, que no supo solventar una protesta protagonizada por seis (solo seis) trabajadores de Justicia en huelga que, “armados” cada uno de ellos con un simple pliego de papel en el que figuraba el texto más amable que he visto para una reivindicación: “Justicia parada y Sánchez no hace nada”. A pesar de esta educada protesta, él consintió que algunos de sus “fidelísimos” seguidores, blandiendo sus tradicionales banderas comunistas (ninguna de España), empujaran de mala manera, agredieran y expulsaran a los seis pacíficos manifestantes, alguno de los cuales ha presentado la correspondiente denuncia. Con lo fácil que hubiera sido, en vez de llamarles intolerantes y echarlos a la calle, tratar de pacificar a sus tres mil quinientos “valientes y persuasivos” fieles e invitar a los seis huelguistas a explicarse. Pero no, cuando se tienen aires de dictador “esas cosas” no forman parte de sus hábitos.
Y es que los principios de este malvado político están sustentados en su enorme ego, como ya dije en otra ocasión, y en sus invisibles “logros". Para ser exactos los verdaderos logros de este tipo son, entre muchísimos más, los siguientes:
- Habernos tenidodurante dos grandes periodos de tiempo “metidos en casa” por dos estados de alarma declarados ilegales después por el Tribunal Supremo.
- Indultar a condenados por los tribunales.
- Fabricar trenes que luego no caben por los túneles que deberían transitar.
- Subir los impuestos.
- Manipular a su gusto la Justicia.
- Permitir y apoyar a los herederos de Eta en unas políticas que hieren a la mayoría de los españoles.
- Habernos endeudado hasta límites peligrosísimos a los ancianos, a las personas en activo, a nuestros hijos, nietos y bisnietos.
- Gobernar mediante decretos-leyes como ningún otro presidente del gobierno desde 1978.
- No haber cumplido ninguna de las promesas hechas engañando a sus votantes y fastidiándonos a todos los españoles.
- Incumplir en varias ocasiones el debido respeto institucional y protocolario ante el jefe del Estado, Su Majestad Felipe VI.
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